da un sito cileno:


Las ideas matrices del pensamiento
Socialista Nacional

Patria Nueva Sociedad surgió como resultado de una revisión crítica de postulados ideológicos que, en la primera mitad del Siglo XX, dieron origen a una enorme serie de organizaciones políticas de signo diverso y de gran amplitud en términos doctrinarios, que se fundaron cronológicamente en forma casi paralela, entre 1919 y 1945, en Europa, Asia, África, Oceanía y América.

En Europa destacan:

* El Fascismo de Benito Mussolini, en Italia (1919);
* El Nacional Socialismo de Adolfo Hitler, en Alemania (1920);
* El Frente Nacional Búlgaro de Iván Docheff, en Bulgaria (1923);
* El Movimiento Fascista de Combatientes y de Productores (Faisceau des combattants et des producteurs), de Georges Valois (1925) y la Croix de Feu, de François de la Rocque (1927) en Francia;
* El Partido Fascista Ruso del General Kosmin y Rodzaevsky, (1925 – se formó en Manchuria) y la Organización Fascista Pan Rusa (UFO) de Vonsjaesky (1933 – se fundó en Conneticut, EE.UU., luego ambas organizaciones se fusionarían) en Rusia;
* El Régimen de Saneamiento – Snacja- del Mariscal Jozef Pilsudski (1926), en Polonia;
* La Legión Portuguesa o Unión Nacional, de Antonio Oliveira Salazar en Portugal (1926);
* La Guardia de Hierro o Legión de San Miguel Arcángel, de Corneliu Zelea Codreanu en Rumania (1927);
* La Ustacha (Insurgencia) de Ante Pavelic en Croacia (1929);
* El Movimiento Nacional Socialista Holandés, de Antón Mussert (1931) en Holanda;
* El Partido de Unidad Nacional (Nasjonal Samling), de Vidkun Quisling, en Noruega (1931);
* La Unión de Fascistas Británicos (British Union of Fascist) de Sir Oswald Ernald Mosley en Inglaterra (1932);
* El Movimiento Patriótico Popular (Lapua), en Finlandia (1932);
* La Unión Nacional Flamenca (Vlaamsch Nationaal Verbond- VNV), en Bélgica (1933);
* Los Camisas Azules Irlandeses (Irish Blue Shirt, luego llamados The Nacional Protector) de Eoin O’Duffy, en Irlanda (1933);
* La Falange Española de las JONS de José Antonio Primo de Rivera y Ramiro Ledesma Ramos, en España (1934);
* El Rexismo Belga de León Degrelle, en Bélgica (1935);
* El Partido de la Voluntad Nacional (Nyilaskeresztes Part o La Cruz y la Flecha) de Ferenc Szálasi, en Hungría (1935);
* La Falange Griega de Ioannis Metaxas y el Partido Nacionalsocialista Helénico de George Merkouri, en Grecia (1936);
* La Federación Nacional Sueca (Sveriges Nationella Förbund, SNF - 1936), el Partido de los Trabajadores Nacionalsocialista (Nationalsocialistiska Arbetarpartiet - NSAP) y la Coalición Socialista Sueca (Svensk Socialistisk Samling, SSS - 1938), en Suecia; entre muchos otros.

En Asia, África y Oceanía se pueden señalar:

* La Hermandad Musulmana de Hassan al-Banna, (1928) en Egipto;
* El Movimiento del Gran Mufti de Jerusalén, Haj-Amin al-Husseini, en Palestina (1935 – apoyado por el anterior);
* La Organización Fascista Japonesa (Tohokai) de Seigo Nakano, en Japón (1936);
* El Partido del Congreso Indio de Subbas Chandra Bosse, Sri Asit Krishna Mukherji y Savitri Devi (1938), en la India;
* El Ossewabrandwag (OB - Stormtroopers) de Hans van Rensburg, en Sudáfrica (1939 – en inglés “Ox-Wagon Sentinels” Centinelas de los Carros de Bueyes – Influenció en Rhodesia y Angola).
* La Falange Libanesa, de Pierre Gemayel, en El Líbano (1942 – cristianos maronitas);
* La Nueva Guardia (New Guard), del Coronel Eric Campbell, en Australia (1931);
* La Legión Neozelandesa (Hawke's Bay Division), del Dr. Richard Campbell Begg, en Nueva Zelandia (1933);

Por su parte, la expresión de estas ideas en América fue aún más diversa, encontrando eco en numerosas e incluso disímiles propuestas políticas. Así tenemos:

* La Legión Americana de Camisas de Plata (Silver Shirt Legion of America), de William Dudley Pelley (1933), los Camisas Pardas Americanos, de Arthur Smith (1933), el Partido Nacional Progresista (National Progressive Party - NPP), de Robert La Follete (1935), y el Comité América Primero (American First Committe - AFC), del General Wood y Eddy Rickenbacker, con Charles Lindbergh como vocero (1941), en los Estados Unidos de Norteamérica;
* El Partido Nacional Socialista Cristiano (PNSC) de Adrien Arcand, en Canadá (1934);
* El Partido Nacionalista, de Pedro Albizu Campos, en Puerto Rico (1930);
* La Acción Integralista Brasileña, de Plinio Salgado de Oliveira, en Brasil (1932);
* La Unión Revolucionaria, de Luis Ángel Flores (1931) y el APRA de Víctor Haya de la Torre (1924), en Perú;
* El Partido Nacional Socialista Paraguayo, de Bruno Fricke (1927 – Fricke participó en el Putsh de Munich junto a Hitler), y la Unión Nacional Revolucionaria, del Coronel Rafael Franco (1936), en Paraguay;
* La Unión Nacional Estudiantil, de Rafael Caldera, (1936 – que posteriormente dará origen al COPEI) y la Unión Falangista Venezolana (1937) en Venezuela;
* La Acción Revolucionaria Mexicanista o los Camisas Doradas, de Nicolás Rodríguez Carrasco (1931) y La Unión Nacional Sinarquista, de José Trueba Olivares (1937), en México;
* La Falange Socialista Boliviana de Oscar Unzaga de la Vega, en Bolivia (1937 – fue fundada por Unzaga en Santiago de Chile);
* El Partido Nacional Socialista de Juan Prohías, en Cuba (1938);
* La Legión Colombiana de Laureano Gómez, en Colombia (1939) y
* El Partido Justicialista de Juan Domingo Perón, en Argentina (1943).

En Chile destacan:

* El Movimiento Nacional Socialista, de Jorge González von Mareés y Carlos Keller Rueff (1932);
* La Falange Nacional de Manuel Antonio Garretón (1937 – que posteriormente dará origen al Partido Demócrata Cristiano);
* El Movimiento Nacionalista de Chile, de Guillermo Izquierdo Araya (1940) y
* El Movimiento Nacional Sindicalista de Ramón Callís Arrigorriaga (1949).

Esta lista reseña únicamente 55 organizaciones, de muchísimas más que surgieron en un período extremadamente breve de la historia del Siglo XX, y cuyas doctrinas fueron elaboradas por una gran cantidad de pensadores, filósofos, políticos y teóricos, entre los que destacan: Oswald Spengler, Carl Schmitt, Robert Michels, Arthur Moeller van den Bruck, Ernst Junger, Giovanni Gentile, Pierre Drieu La Rochelle, Julius Evola, Martin Heiddeger, Arthur Shopenhauer, y en Chile, Carlos Keller Rueff, entre otros.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial se ha realizado un sistemático y deliberado intento por definir estas organizaciones en numerosas y hasta contradictorias clasificaciones.

Así, se ha visto en ellas: la respuesta a la crisis moral o un quiebre del optimismo cultural creado explosivamente por los efectos de la Gran Guerra; un derivado de las peculiares historias nacionales; un totalitarismo para Era de las Masas atomizadas; un desorden psicosexual; un nuevo materialismo que reemplazó la lucha de clases con el conflicto de naciones y razas; un desarrollo dictatorial; un anti-modernismo; el último recurso del capitalismo financiero para anteponerse a la revolución proletaria; una revolución de la pequeña burguesía; una especie de marxismo; un violento antimarxismo; un problema estructural de sociedades particulares; e incluso un nuevo Bonapartismo [1].

Por ello existe una verdadera “colección” de teorías sobre el “Nacionalismo”, el “Fascismo”, el “Nacionalsocialismo”, e incluso aquellas que niegan estas mismas categorías [2].

El principal problema de todos estos intentos de clasificación, es que son incapaces de generar una definición donde efectivamente puedan ser enmarcadas todas las expresiones antes reseñadas, y –con mayor razón- aquellas que han sido herederas en alguna medida de sus postulados.

No es sorprendente entonces, que algunos estudios se cuestionen sobre la existencia de “un tipo ideal de fascismo”. Al respecto, por ejemplo, el profesor español Fernando Prieto señala:

“Los puntos comunes entre los diversos movimientos fascistas son lo suficientemente claros para que podamos pensar con rigor en el fascismo como género, pero al mismo tiempo y por la misma índole de dichos puntos, que no constituyen un entramado conceptual seriamente articulado sino que más bien son actitudes orientadoras de comportamientos, los movimientos fascistas difieren mucho entre sí, de modo que en muchos casos el politólogo duda si cabe clasificar dentro del fascismo el partido o movimiento que estudia… “

“Se trata de una dificultad de definición que tiene su origen, como decimos, en la misma índole del fascismo, en concreto en su asunción de actitudes anti intelectuales y acentuadamente activas. Esto significa que los diversos fascismos no tienen un cuerpo teórico elaborado y que están marcados, más si cabe que otros movimientos políticos, por las circunstancias concretas dentro de las cuales tienen que actuar”

“Un historiador podría legítimamente poner el acento en «las diferencias históricas entre los distintos movimientos políticos de entreguerras a los que se alude con ese nombre, de modo que la atipicidad de cada uno de ellos sería la regla, mientras que sus puntos de confluencia constituirían la excepción. La historicidad y concreción de cada uno de "los fascismos" estaría ligada a condiciones sociales y políticas específicas y nacionales, hasta el punto de que sería imposible reflexionar sobre ellos en conjunto. No existiría, según esto, la posibilidad de formular una "teoría general del fascismo", pero tampoco una "teoría de los fascismos" que intentara resaltar algunos de sus elementos comunes...”

“A esta dificultad interna se ha venido a sumar otra externa que es el uso polémico y vulgarizado del término después de la Segunda Guerra Mundial. Así como la democracia subió en el ranking del prestigio político hasta el punto de que todo régimen político se autodenominaba demócrata, el fascismo quedó desprestigiado hasta el punto de que el término se aplicaba y se aplica para denostar a todo enemigo político. Este uso ha terminado por vaciar de contenido la palabra reduciéndola a un insulto…”

“En el fascismo encontramos la aceptación plena de la modernidad: el fascismo es un intento de crear una sociedad futura con todos los medios que la ciencia ha puesto a disposición del hombre; ante el reto del socialismo, el fascismo no vuelve atrás sino que responde con otro proyecto de sociedad que pretende ser todavía más avanzada” [3].

Es a partir de esta última afirmación, queremos comenzar nuestro propio análisis para establecer cuáles son las ideas matrices del pensamiento Socialista Nacional, esto es, del pensamiento de Patria Nueva Sociedad para Chile.

Paralelamente, estimamos que los intentos de análisis teórico de estas ideas, según la matriz reduccionista del materialismo, resultan completamente ineficaces para comprenderlas. Lo anterior, ya que -por definición- estos conceptos son contrarios al racionalismo como método y al materialismo como fundamento. De allí que cualquiera que intente usar esas herramientas conceptuales se condena a fracasar: la realidad se resiste a ser disectada.

Adicionalmente, es claro que con la caída de la Unión Soviética, las tesis que reducían estas ideas exclusivamente a una simple “reacción contra el Comunismo”, han quedado totalmente desacreditadas por la existencia actual de organizaciones que sostienen estos principios, en un mundo donde el Comunismo es –ideológicamente- un fósil viviente.

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http://www.accionchilena.cl/Doctrina/pns.htm