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Der Wehrwolf
01-07-02, 18:45
Il sistema per uccidere i popoli
di Guillaume Faye
SEB Editore
Milano 1977




Una grossa mamma rassicurante, una piovra, le cui prede potenziali sono culture, regioni, tutti i raggruppamenti umani forgiati dalla storia.
Questo è ciò che Guillaume Faye intende con il sistema per distruggere i popoli, un silenzioso e invisibile killer che utilizza armi come la tecnica e l’economia, il diritto e l’atto umanitario, l’uccisione della storia e la spoetizzazione del territorio, a volte anche la cultura stessa; esso sta distruggendo la vita rigogliosa dei popoli ridotti a spazio di investimento del marketing e privati di qualsiasi ordine simbolico. Non solo: la grossa mamma accudente sta distruggendo qualsiasi riferimento per l’identità dell’essere umano; la famiglia, grazie allo smantellamento della figura del padre e l’esonero di responsabilità della coppia genitoriale, è ridotta ad unità di consumo. La grossa mamma isola l’uomo nelle piccole preoccupazioni della moda, del reddito, dell’acquisto dell’ultimo cellulare, della contestazione di massa o della scalata sociale per distrarlo da ciò che vi è di più specifico nel genere umano: il bisogno di agire al servizio di un progetto comunitario e storico che è il mondo in cui gli uomini nascono, vivono e muoiono: il mondo delle gioie e delle sofferenze.
Eppure il libro di Faye non è affatto una profezia apocalittica o una resa incondizionata. L’autore segnala i punti deboli del sistema, ne scova le contraddizioni, e pianifica una strategia non solo di sopravvivenza bensì anche di resistenza ed attacco da un lato per salvaguardare la libertà ed autenticità umana, dall’altro per invocare il ritorno di una vera cultura europea (ben diversa dal way of life occidentale) nel rispetto delle differenze dei popoli .
Un tale volere comincia con la guerra della parola e dello spirito – queste armi temibili – contro l’Occidente, il suo ordine planetario carcerario, la sua cultura stordente, la sua società disincantata, la sua parola menzognera. Affinché un giorno, che noi non vedremo, tra le future generazioni europee, fra il tuono dei motori e il fulmine dei reattori che ossessionano i nostri sogni di una modernità assassinata, nell’oblio delle false tradizioni ed il ritorno trasfigurato di un passato immemore, sorga ciò che per noi è ancora un enigma e che Nietzsche ha chiamato AURORA

Der Wehrwolf
01-07-02, 18:46
http://hyperion.spaceports.com/~beowulf/

Der Wehrwolf
01-07-02, 18:47
FAYE, Guillaume: La Colonisation de l´Europe - Discours vrai sur l´inmigration et l´Islam, L´Aencre, París, 2000, 350 págs.




Cuando el lector tenga entre sus manos esta recensión existen grandes posibilidades que la lectura y venta de este ensayo constituya un delito en la vecina Francia. Apenas unas semanas de su publicación, en la primavera de este año, el editor y el autor fueron citados a instancias del Fiscal de la República de la Sala de lo Penal nº 13 del Tribunal Superior de Justicia de París acusados de "provocar la discriminación, el odio y la violencia racial..." Comenzaba de esta forma un largo proceso judicial que, si no se produce un milagro, llevará a una condena al filósofo galo y a la prohibición de su venta y distribución del libro junto a la confiscación de los ejemplares existentes y su posterior destrucción como suele ser habitual en Francia, el llamado "país de las libertades". ¿Qué es lo que provocaba esta airada actuación judicial?

Antiguo colaborador de la Nouvelle Droite y del grupo de intelectuales agrupados por Alain de Benoist en París -del que se ha desmarcado provocando con el libro una fuerte polémica en este ambiente también- Guillaume Faye es un conocido autor en Francia, ajeno a luchas partidistas y profesor. En este extenso volumen analiza minuciosamente los orígenes, efectos y consecuencias finales de la actual oleada inmigratoria que alcanza Francia y Europa, aunque centrándose más en su país natal obviamente. Con un lenguaje claro, para nada academicista o pomposo, desengrana uno por uno los mitos de la inmigración, acusa razonada y abiertamente a los lobbies inmigracionistas (políticos, ONGs, prensa, altas finanzas, etc.) desenmascarando sus verdaderas intenciones. Nos presenta las consecuencias últimas que para el Viejo (nunca mejor dicho por los efectos de la natalidad) Continente tiene este invasión programada, como la define sin tapujos.

Las cifras que aporta son verdaderamente dramáticas, que debieran hacer reflexionar a todos los europeos; las conclusiones, simples y reveladoras, predicen un enfrentamiento étnico-cultural parecido al balcánico. La tasas de natalidad, las más bajas de la historia, están asimismo falseadas pues en países como Alemania o Francia son precisamente los inmigrantes (o colonos como prefiere definirlos) los que ajustan a la alza la natalidad cuando, si se descontase éstos, nos estremeceríamos. En Francia el 30% de los niños que nacen hoy en día son hijos de inmigrantes, de primera o segunda generación. Su tesis, la balcanización de Europa (creación de comunidades étnicas en medio de otros países, islamización, el ejemplo de Kosovo y los servios), arrastrará inexorablemente a los países europeos a una cercana guerra civil donde no es una fantasía que EE.UU. se ponga de lado de los musulmanes (hoy ya un 20% en Francia; en dos décadas un 40 %, después.... ??) e intervengan con una fuerza de interposición para "lograr la paz".

Las ciudades de Francia se llenan de inmigrantes, sus hijos ocupan las escuelas y los servicios sociales, la delincuencia, organizada o espontánea, es fruto del odio a lo europeo de estos grupos pero también una forma de guerrilla étnica. Los franceses se marginan, como en EE.UU los europeos, son cada vez más minoritarios y se repliegan ante el avance enemigo. Como si de una ocupación se tratase los inmigrantes extraeuropeos -mayoritariamente de fe islámica- copan los barrios marginales, las alcaldías, las funciones públicas, las subvenciones. Imponen sus creencias, sus costumbres; "exigen" de los franceses que se les permita sus territorios "liberados" en nombre de unos supuestos derechos humanos que, obviamente, no son recíprocos pues excepto en Europa no hay país en el mundo que permitiría la llegada masiva de foráneos que, además, impusieran sus exigencias.

Ante la inmigración masiva los políticos han optado por un fatalismo progresista consistente en aceptar que no hay remedio para detener las olas de inmigrantes, que debemos adecuarnos a una Europa fraccionada étnicamente. Unos, las derechas, por miedo a ser tachados




de enemigos de las libertades, los otros, las izquierdas, soñando con masas de votantes. Admiten todos que las políticas de integración (de mestizaje, lo definen sus partidarios) han fracasado tras décadas de ingentes medios destinado a ello (aunque en España los políticos siguen empeñados en pretender convencer de esta utopía al tiempo que falsean los datos de la inmigración real). En consecuencia se pliegan ante la realidad de una Europa pluricultural y multiétnica. Los intelectuales y la clase media acomodada, que vive en urbanizaciones y barrios donde apenas si se ve un inmigrante, se une a los corifeos proinmigración (el servicio del hogar nunca ha estado tan barato como ahora....) no dudando un momento en acusar de "racistas" e "intolerantes" a los ciudadanos de los barrios dormitorio, donde se instalan los inmigrantes, cuando estallan -cada vez más- incidentes anti-inmigración. Países como Alemania, Italia, y por supuesto España, se enganchen ahora al carro de Francia en su incontrolada caída por la pendiente.

¿Alternativas? Faye propone una palabra de clara resonancia hispánica: Reconquista. Se hace imprescindible una especie de cruzada contra el Islam que prenda en la opinión pública, una nueva reconquista de los territorios perdidos y hoy ocupados por los invasores. Aunque ello lleve a una violencia momentánea y haya que aceptar una ruptura definitiva con EE.UU., principal garante de la división de Europa e interesado en la inmigración. Una llamada a la revuelta, un levantamiento generalizado de la ciudadanía contra unos Estados que hacen dejación de sus funciones protectoras y se han abandonado en los brazos del conformismo.

En su aspecto negativo o criticable, las tesis del autor galo se asientan excesivamente en una visión dual, maniquea podría decirse, de la sociedad. Generaliza en ocasiones en exceso y llega un momento en el que el lector tiene la sensación de estar, literalmente, "bombardeado" por consignas de propaganda bélica. Igualmente se hecha en falta una propuesta constructiva con los elementos nacionales de los países que aportan inmigración -uno de los pilares de una política de contención- no mediante el grifo del dinero fácil (como sucede hoy en día) sino mediante una valorización de los Estados africanos y asiáticos, de su sentido nacional para que no sea preciso emigrar y tampoco se necesite derrotar a Europa. Sin embargo ya Faye lo dice una y otra vez, se trata de un libro de combate, no un intento de confraternización con el enemigo.

En definitiva, un análisis certero, demoledor y duro del fenómeno de la inmigración -¿o podemos llamarle ya invasión?- que a muchos ha dolido, tanto que han solicitado su retirada y quema en la hoguera holocáustica donde se arrojan todos los libros aquellos que osan contradecir los postulados de lo políticamente correcto.




Erik Norling

Der Wehrwolf
01-07-02, 18:49
L’ARCHEOFUTURISMO
Un concetto sovversivo:
L’ARCHEOFUTURISMO

Come risposta alla catastrofe della modernita

e alternativa al tradizionalismo

di Guillaume Faye*


S O M M A R I O

1. Il metodo: il "Pensiero Radicale"
2. Il quadro concettuale: la nozione globale di Costruttivismo Vitalista
3. La diagnosi: la modernita inizia la convergenza delle catastrofi
4. Il contenuto: l’archeofuturismo
5. Conclusione


Traduzione dall’originale francese di Alessandra Colla

* autore del volume Il Sistema per uccidere i popoli pubblicato in Italia dalla Societa Editrice Barbarossa



1. Il metodo: il "Pensiero Radicale"

Soltanto il pensiero radicale e fecondo. Perche esso solo crea concetti audaci che spezzano l’ordine ideologico egemonico, e permettono di sfuggire al circolo vizioso di un sistema di civilta rivelatosi fallimentare. Per riprendere la formula del matematico Rene Thom, autore della «Teoria delle catastrofi», soltanto i "concetti radicali" possono far crollare un sistema nel caos — la "catastrofe" ovvero cambiamento di stato violento e repentino — al fine di dar vita a un altro ordine.

Il pensiero radicale non e "estremista" ne utopico, dal momento che in questo caso esso non avrebbe alcuna presa sul reale, ma al contrario esso deve anticipare l’avvenire rompendo con un presente in disfacimento.

Il pensiero radicale e rivoluzionario? Oggi deve esserlo, perche la nostra civilta e giunta alla fine di un ciclo e non alla soglia di un nuovo progresso; e perche attualmente non esiste piu alcuna scuola di pensiero che osi proclamarsi rivoluzionaria dopo il fallimento finale del tentativo comunista.

Pertanto e solo avendo di mira nuovi concetti di civilta che si sara davvero portatori di storicita e di autenticita.

Soltanto dei concetti radicalmente nuovi, miranti a un’altra civilta, sono portatori di storicita. Perche un pensiero radicale? Perche esso va proprio alla radice delle cose, vale a dire "fino all’osso": esso rimette in discussione la concezione del mondo sostanziale di questa civilta, l’egualitarismo — il quale, utopico e ostinato, grazie alle sue contraddizioni interne sta portando l’umanita alla barbarie e all’orrore ecologico-economico.

Per agire sulla storia, e necessario creare delle tempeste ideologiche attaccando, come vide benissimo Nietzsche, i valori, fondamento e ossatura del sistema. Oggi non lo fa piu nessuno: di qui il fatto che, per la prima volta, e la sfera economica (televisione, media, video, cinema, industria dello spettacolo e dell’intrattenimento) che detiene il monopolio della ri-produzione dei valori. Il che porta evidentemente a un’ideologia egemonica senza concetti ne progetti in grado di immaginare una rottura, ma invece fondata su dogmi e anatemi. Oggi, dunque, soltanto un pensiero radicale permetterebbe a delle minoranze intellettuali di creare un movimento, di scuotere il mammut, di squassare tramite elettrochoc (o "ideochoc") la societa e l’ordine del mondo. Ma questo pensiero deve imperativamente sottrarsi al dogmatismo, e al contrario coltivare il riassetto permanente ("la rivoluzione nella rivoluzione", unica intuizione maoista giusta); allo stesso modo esso deve proteggere la sua radicalita dalla tentazione nevrotica delle idee fisse, dai fantasmi onirici, dalle utopie ipnotiche, dalle nostalgie estremiste o dalle ossessioni deliranti, rischi inerenti a ogni prospettiva ideologica.

Per agire sul mondo, un pensiero radicale deve articolare un corpus ideologico coerente e pragmatico, dotato di distacco e flessibilita adattativa. Un pensiero radicale e prima di tutto un porsi delle domande, e non gia una dottrina. Cio che esso propone dev’essere declinato secondo le modalita del «e se...?», e non certamente del «bisogna...!». Questo tipo di pensiero aborre i compromessi, le false saggezze "prudenti", la dittatura degli "esperti" ignoranti, e il conservatorismo paradossale (lo statu-quoismo) degli adoratori della modernita, che la credono eterna.

Ultima caratteristica di un pensiero radicale efficace: il saper accettare l’eterotelia, cioe il fatto che le idee non portano necessariamente ai fatti sperati. Un pensiero efficace deve riconoscere di essere approssimativo.

Si naviga a vista, si vira di bordo in funzione del vento, ma si sa dove si va, verso quale porto. Il pensiero radicale integra il rischio e l’errore propri a tutto quanto e umano. La sua modestia, presa a prestito dal dubbio cartesiano, e il motore della sua potenza di messa in moto degli spiriti. Niente dogmi — immaginazione al potere. Con un pizzico di amoralismo, vale a dire di tensione creatrice verso una nuova morale.

E oggi, alle soglie di questo XXI secolo che sara un secolo di ferro e di fuoco e la cui posta in gioco e colossale, ma che e gravido di minacce autenticamente mortali per l’umanita, nel momento in cui i nostri contemporanei sono decerebrati dal "pensiero debole" e dalla societa dello spettacolo — e oggi, proprio quando ci esplode di fronte un vuoto ideologico assordante, che finalmente e possibile e puo avere successo un pensiero radicale. Allo scopo di progettare nuove soluzioni, un tempo impensabili.

Le intuizioni di Nietzsche, di Evola, di Heidegger, di Carl Schmitt, di Guy Debord o di Alain Lefebvre — tutte relative al rovesciamento dei valori — si dimostrano infine realizzabili, come la nietzscheana filosofia a colpi di martello. Il nostro "stato di civilta" e maturo per questo. Lo stesso non era nel recente passato, quando la coppia moderna XIX-XX secolo incubava la sua infezione virale senza ancora subirla. D’altra parte, conviene rigettare subito il pretesto secondo il quale un pensiero radicale sarebbe "perseguitato" dal sistema. Il sistema e stupido. Le sue censure sono permeabili e maldestre. Esso e capace di colpire soltanto le provocazioni folkloristiche e le goffaggini ideologiche.

Nell’intellighenzia europea ufficiale e al potere, il pensiero e stato abbassato al livello di una mondanita mediatica e alla ripetizione stucchevole dei dogmi egualitari. Per tema di infrangere le leggi del "politicamente corretto", per mancanza di immaginazione concettuale o per ignoranza delle poste in gioco reali del mondo presente.

Le societa europee in crisi di oggi sono pronte a essere trapassate da pensieri radicali determinati, muniti da un progetto di valori rivoluzionari e portatori di una contestazione completa ma pragmatica e non utopica dell’attuale civilta mondiale.

Un pensiero radicale, e ideologicamente efficace nel mondo tragico che si prepara, potrebbe unire le qualita del classicismo cartesiano (principi di ragione e di possibilita effettiva, di esame permanente e di volontarismo critico) e del romanticismo (pensiero folgorante richiamantesi all’emozione e all’estetica; audacia di prospettive). Allo scopo di coniugare in una coincidentia oppositorum le qualita della filosofia idealista del "si" e della filosofia critica del "no". Come seppero farlo Marx e Nietzsche nel loro metodo dell’"ermeneutica del sospetto" (imputazione dei concetti dominanti) e del "rovesciamento positivo dei valori".

Un simile pensiero che unisce audacia e pragmatismo, intuizione prospettica e realismo osservatore, creazionismo estetico e volonta di potenza storica, dev’ essere "un pensiero volontarista concreto creatore di ordine".





2. Il quadro concettuale: la nozione globale di Costruttivismo Vitalista

Il mio maestro, il defunto Giorgio Locchi, aveva individuato l’egualitarismo come il centro nodale, l’asse motore, etico e pratico a un tempo, della modernita occidentale in pieno fallimento. Spinto dai suoi lavori, io stesso ne avevo tracciato una importante descrizione critica e storica, in seno al G.R.E.C.E., fra il 1973 e il 1985. In quel contesto avevo proposto per l’avvenire il concetto di anti-egualitarismo. Ma questo termine era ancora insufficiente. Non ci si definisce mai solamente "contro". Un concetto agente dev’essere affermativo e portare senso. Quale sarebbe il contenuto, il principio attivo di questo antiegualitarismo virtuale? Che cosa sarebbe, concretamente, l’antiegualitarismo? Interrogativo all’epoca rimasto senza risposta. Eppure da una risposta chiara puo nascere una mobilitazione.

Del pari, ispirato dai lavori di Lefevre, Lyotard, Debord, Derrida e Foucault, e anche dai testi di Porzamparc, Nouvel o Paul Virilio, avevo cercato di mostrare la necessita di una post-modernita. Ma anche qui, il prefisso latino "post", proprio come quello greco di "anti", non e in grado di definire il contenuto. Non basta dire che l’egualitarismo e la modernita (una teoria e una pratica) non sono adeguati. Bisogna ancora immaginare, definire e proporre cio che e adeguato. La critica di un concetto ha valore solo attraverso l’apposizione di un nuovo concetto affermativo.

E sia: ma quale/i concetto/i suscitare? Permettetemi di fare un passo indietro.

Insieme al defunto e rimpianto Olivier Carre, pittore geniale, avevamo inventato, nel corso di un’emissione radiofonica sovversiva ("Avant-guerre!") di fantascienza estetica e umor nero che metteva in scena un immaginario Impero eurosiberiano (la "Federazione"), la cui bandiera era quella della mia (e di Mitterrand) minuscola provincia natale — l’Angoumois — ma anche quella della Croazia: la scacchiera a quadri bianchi e rossi. Tutto un immaginario. Uno dei concetti centrali era quello di costruttivismo vitalista, che serviva a qualificare la dottrina titanica di una delle ditte giganti di questo Impero bizzarro (la ditta "Typhoon"), che si proponeva niente di meno che di collocare la Terra su di un’altra orbita in rapporto al Sole... E poi, a riflettere bene, mi sono detto che questa gag radiofonico-letteraria, che diede origine anche a un fumetto, era forse il frutto di un "atto mancato" ideologico, di un lapsus linguae ac scripti. Dopo tutto, il surrealismo e il situazionismo avevano sempre insegnato che «i concetti agitatori non devono nascere mai da altro che dal principio di piacere» (Raoul Vaneighem); e che le fondamenta vanno innalzate sulla folgorazione derisoria e alterata. E Andre Breton che ha detto: «e in cio che non e serio che si cela cio che e serissimo». Scavando a fondo in questo concetto intuitivo ho scoperto quattro cose.



Le parole contano enormemente, come vide bene Foucault (nel suo testo Les mots et les choses). Esse sono il fondamento dei concetti, i quali sono a loro volta lo stimolo semantico delle idee, queste ultime costituendo il motore delle azioni. Dare un nome e descrivere e gia costruire.
Non bisogna riprendere come emblemi gli appellativi semantici o i simboli estetici delle ideologie sorpassate che hanno fallito nella storia — l’hanno capito bene i comunisti italiani. Anche l’etichetta di rivoluzione conservatrice sembra troppo neutra, troppo vecchia, troppo storicistica, troppo attaccata agli anni Venti. Un simile fideismo e causa di smobilitazione e inadeguato alle nuove sfide. In conformita con la tradizione movimentata [gioco di parole basato sul doppio senso di "mouvement" = "animazione" ma anche "movimento" in senso politico – N.d.T.] della civilta europea, e opportuno gettare sulla scacchiera della storia delle nuove parole d’ordine. Lo stile resta nella sua essenza, ma cambia forma. Qualsiasi pensiero agente deve essere furioso e metamorfico.

Il termine di "costruttivismo vitalista" definisce globalmente una concezione del mondo e una visione d’insieme concretamente sinergica, in grado cioe di associare due strutture mentali. Per "costruttivismo", dunque, s’intenda: volonta storico-politica di potenza, progetto estetico di costruzione di civilta, spirito faustiano. Per "vitalismo", s’intenda: realismo, mentalita organica e non meccanicista, rispetto della vita e autodisciplina nei confronti di un’etica autonoma, umanita (l’esatto contrario dell’"umanitarismo"), considerazione dei problemi bio-antropologici (fra cui le realta etniche).

Costruttivismo vitalista e l’espressione che io propongo per definire in modo affermativo cio che finora, in mancanza di meglio, abbiamo chiamato antiegualitarismo.

D’altra parte, questo antiegualitarismo definiva il proprio progetto attraverso il concetto sfocato e puramente descrittivo di post-modernita. Io propongo di chiamare il progetto ideologico centrale del costruttivismo vitalista archeofuturismo — come verra spiegato piu oltre.
3. La diagnosi: la modernita inizia la convergenza delle catastrofi

Per definire il contenuto di un eventuale archeofuturismo, e necessario riassumere la critica fondamentale della modernita. Nata dall’evangelismo laicizzato, dal mercantilismo anglosassone e dalla filosofia individualista dei Lumi, la modernita e riuscita a stabilire il suo progetto planetario, fondato sull’individualismo economico, sull’allegoria del Progresso, sul culto dello sviluppo quantitativo, sul "diritto-umanismo" astratto eccetera. Ma e una vittoria di Pirro, dal momento che il progetto (riuscito) di questa concezione del mondo mirante a impadronirsi del Regno Terreno entra in crisi prima di crollare, probabilmente all’inizio del prossimo secolo. La Rupe Tarpea sorge accanto al Campidoglio.

Per la prima volta nella sua storia l’umanita e minacciata da una convergenza di catastrofi.

In questi ultimi anni una serie di "linee drammaturgiche" [nel senso di "evocatrici di eventi drammatici" - N.d.T.] si stanno avvicinando per convergere, come affluenti fluviali e in perfetta concomitanza, intorno agli anni 2010-2020, verso un punto di rottura e di oscillazione irrefrenabile verso il caos. Da questo caos — che sara estremamente doloroso su scala mondiale — puo emergere un nuovo ordine fondato su una visione del mondo, l’archeofuturismo, considerato come concezione del mondo del dopo-catastrofe.

Riassumiamo brevemente la natura di queste linee di catastrofe.



La prima e la cancerizzazione del tessuto sociale europeo. La colonizzazione di popolamento dell’emisfero Nord da parte dei popoli del Sud, sempre piu imponente a dispetto delle affermazioni rassicuranti dei media, e gravida di situazioni esplosive, soprattutto in relazione al crollo delle Chiese in Europa, divenuta terra di conquista da parte dell’islam: il fallimento della societa multirazziale, sempre piu multirazzista e neotribale; la progressiva metamorfosi etno-antropologica dell’Europa, autentico cataclisma storico; il ritorno del pauperismo nell’Est e nell’Ovest; la progressione, lenta ma costante, della criminalita e del consumo di stupefacenti; lo sfaldamento continuo delle strutture familiari; il declino dell’inquadramento educativo e della qualita dei programmi scolastici; l’incepparsi della trasmissione del sapere culturale e delle discipline sociali (imbarbarimento e incompetenza); sparizione della cultura popolare a tutto vantaggio di un abbrutimento delle masse passivizzate dall’elettro-audiovisivo (Guy Debord si e suicidato perche aveva visto troppo giusto nella sua Societa dello spettacolo, scritta nel 1967); il declino costante dei tessuti urbani o comunitari a tutto vantaggio delle zone peri-urbane fluttuanti senza gradevolezza ne coerenza ne legalita ne sicurezza; l’instaurarsi, in Francia particolarmente, di una situazione endemica di sommosse urbane — un Maggio strisciante sempre piu grave —; la sparizione di ogni autorita civile nei paesi dell’ex URSS in preda al declino economico. Tutto questo accade nel momento in cui gli Stati-nazione vedono declinare la loro sovranita senza poter contenere pauperismo, disoccupazione, criminalita, immigrazione clandestina, potere crescente della mafia e corruzione delle classi politiche; e nel momento in cui le elite creatrici e produttive, in preda al fiscalismo e a una sorveglianza economica accresciuta, sono tentate dalla grande avventura americana. Una societa sempre piu egoista e selvaggia, avviata al primitivismo, paradossalmente dissimulata e compensata dal discorso della "morale unica", angelica e pseudo-umanista — ecco quello che ci aspetta, anno dopo anno e in misura sempre crescente, fino al punto di rottura.
Ma in Europa questi fattori di rottura sociale saranno aggravati dalla crisi economico-demografica, destinata a peggiorare sempre piu. A partire dal 2010, il numero di cittadini attivi sara insufficiente per finanziare i pensionati del papy-boom ["papy"=nonnino – N.d.T.]. L’Europa crollera sotto il peso degli anziani; i paesi in via d’invecchiamento vedono la loro economia rallentata e penalizzata dal finanziamento per le spese sanitarie e le indennita pensionistiche dei cittadini improduttivi; inoltre l’invecchiamento isterilisce il dinamismo tecno-economico. L’ideologia egualitaria della (vecchia) modernita ha impedito di porre rimedio a questa situazione, in virtu di due dogmi: prima di tutto l’antinatalita (autentico etno-masochismo) che ha censurato i tentativi di ripristino volontarista della natalita; e poi il rifiuto egualitarista di passare dal sistema assicurativo distributivo ad un sistema di capitalizzazione (fondi pensione). Per farla breve, non abbiamo ancora visto niente. Regneranno disoccupazione e pauperizzazione, mentre prosperera soltanto una classe minoritaria, collegata ai mercati mondiali e appoggiata dalla classe dei funzionari e salariati protetti. L’orrore economico sta per arrivare. L’egualitarismo, per un effetto perverso che prova come esso sia in realta l’esatto contrario della giustizia in senso platonico, costruisce societa oppressive sul piano socio-economico. Lo Stato-Provvidenza socialdemocratico, fondato sul mito del Progresso, crollera sicuramente come il sistema comunista — ma con un fracasso maggiore. L’Europa e in via di terzomondizzazione. Siamo di fronte alla crisi, o piuttosto alla rottura dei chiavistelli dell’edificio socio-economico.

L’America, immenso continente votato alle migrazioni pionieristiche, avvezzo a una cultura brutale e a un sistema conflittuale di ghetti etnici ed economici, sembra meno vulnerabile dell’Europa: essa puo incassare una rottura d’equilibrio, soprattutto di tipo etnico e culturale, perlomeno sul piano della stabilita sociale — nemmeno lei potra sottrarsi a un eventuale sconvolgimento generalizzato.

Terza linea di catastrofe della modernita: il caos del Sud del Pianeta. I Paesi del Sud, scegliendo l’industrializzazione contro le proprie culture tradizionali a dispetto di una crescita fallace e fragile, hanno creato nel loro seno un caos sociale che si va aggravando. L’affarista franco-inglese Jimmy Goldsmith l’aveva analizzato alla perfezione: affermazione improvvisa di colossali metropoli-fungo (Lagos, Citta del Messico, Rio de Janeiro, Calcutta, Kuala-Lumpur...) che divengono giungle infernali; coesistenza di un pauperismo molto prossimo alla schiavitu con ricche e arroganti borghesie autoritarie e minoritarie appoggiate da eserciti di polizia privata destinati alla repressione interna; distruzione accelerata dell’ambiente; ascesa dei fanatismi socio-religiosi eccetera. I paesi del Sud sono autentiche polveriere. I recenti genocidi in Africa centrale, il balzo in avanti di conflitti civili violenti (basati o no sull’estremismo religioso e spesso attizzati dagli USA) in India, Malaysia, Indonesia, Messico eccetera non sono che l’assaggio di un futuro che si preannuncia fosco. L’ideologia egualitaria dissimula questa realta congratulandosi per il "progresso della democrazia" nei Paesi del Sud. Discorso ingannatore, perche si tratta di simulacri della democrazia. E poi, forse che la "democrazia" del modello ellenico-europeo, per effetto perverso (l’eterotelia di Monnerot) e per incompatibilita mentale, non e anch’essa gravida di tragedie se la si applica forzatamente alle culture del Sud? In breve, il trapianto del modello socioeconomico occidentale nei Paesi del Sud si dimostra esplosivo.

Quarta linea di catastrofe, recentemente spiegata da Jacques Attali: la minaccia di una crisi finanziaria mondiale, che sarebbe infinitamente piu grave di quella degli anni Trenta e comporterebbe una recessione generale. Il crollo delle borse e delle valute dell’Asia orientale, unitamente alla recessione che colpisce queste regioni, ne sarebbe il segno precursore. Questa crisi finanziaria avrebbe due cause: a) il fatto che troppi paesi sono indebitati in rapporto alle capacita bancarie creditizie mondiali — e non si parla soltanto dei paesi poveri: l’importo del debito delle nazioni europee e preoccupante. b) Il fatto che l’economia mondiale riposa sempre piu sulla speculazione e sulla logica dei flussi di investimento redditizi (borse, societa fiduciarie, fondi pensione internazionali eccetera): questa prevalenza del monetarismo speculativo sulla produzione fa correre il rischio di un panico generalizzato in caso di crollo dei corsi in un determinato settore — se gli speculatori internazionali ritirassero i loro averi, l’economia mondiale si troverebbe "disidratata", con gli investimenti in caduta libera; la conseguenza sarebbe una recessione globale e violenta, funesta per una civilta che riposa interamente sull’impiego economico.

Quinta linea di catastrofe: l’ascesa dei fanatismi integralisti religiosi, principalmente l’islam ma non solo, dal momento che ora ci si mettono anche i politeisti indiani. Il sorgere improvviso dell’islam radicale e il contraccolpo degli eccessi cosmopoliti della modernita, che ha voluto imporre al mondo intero il modello dell’individualismo ateo, il culto del mercato, la despiritualizzazione dei valori e la dittatura dello spettacolo. Per reazione a questa aggressione, l’islam si e radicalizzato ridiventando nello stesso tempo dominatore e conquistatore, conformemente alla sua tradizione. Globalmente il numero di coloro che lo praticano e in costante aumento, laddove il cristianesimo, che ha perduto ogni aggressivita proselitista, declina — perfino nell’America del Sud e nell’Africa nera — in seguito a quel suicidio che fu il Concilio Vaticano II, la piu colossale gaffe teologica nella storia delle religioni. A dispetto dei dinieghi rassicuranti pronunciati dai media occidentali, l’islam radicale si propaga ovunque come un incendio e minaccia nuovi paesi: Marocco, Tunisia, Egitto, Turchia, Pakistan, Indonesia eccetera. Conseguenze: guerre civili inevitabili nei paesi a doppia religiosita come l’India; scontri in Europa — soprattutto Francia e Gran Bretagna — dove l’islam rischia di divenire nel giro di vent’anni la prima religione praticata; moltiplicazione delle crisi internazionali coinvolgenti gli Stati islamici, alcuni dei quali potranno detenere armi nucleari "sporche". A questo proposito, occorre denunciare la scempiaggine di quanti credono alla possibilita di un "islam occidentalizzato e rispettoso della laicita repubblicana". Invece e impossibile, perche l’islam e sostanzialmente e per sua stessa natura teocratico, e rifiuta l’idea di laicita. Il conflitto sembra inevitabile. Fuori d’Europa, e al suo interno.

Si profila uno scontro Nord-Sud dalle radici teologico-etniche, che con ogni probabilita rimpiazzera il pericolo, per ora scongiurato, il conflitto Est-Ovest. Nessuno sa che forma prendera. Ma sara grave, perche sara fondato su poste in gioco e sentimenti collettivi ben piu forti dell’ex polarita polemica USA-URSS/capitalismo-comunismo, di natura artificiale. Le potenti radici di questa minaccia sono prima di tutto il risentimento tenace, soffocato e dissimulato dei Paesi del Sud di fronte ai loro antichi colonizzatori. La razzializzazione dei discorsi e impressionante. Recentemente un primo ministro asiatico ha dato del "razzista" al governo francese al termine di un litigio economico banale in cui un investitore italiano era stato preferito a un’impresa del suo paese. Questa razzializzazione dei rapporti umani, conseguenza concreta (eterotelica) del cosmopolitismo "antirazzista" della mdernita, affiora con chiarezza anche in Occidente: il leader musulmano nero americano Farrakhan, come i gruppi rap negli USA e in Francia non cessano di invocare surrettiziamente la "vendetta contro i Bianchi" e la disobbedienza civile. Paradossalmente, il cosmopolitismo egualitario ha cagionato il razzismo globalizzato — per adesso ancora strisciante e implicito, ma non per molto. Messi gli uni di fronte agli altri nel "villaggio globale" che e diventata la Terra, i popoli si preparano ad affrontarsi. Ed e l’Europa, vittima di una colonizzazione di popolazione, che rischia di esserne il campo di battaglia principale. E quanti pretendono che sara il meticciato il futuro dell’umanita si sbagliano: in realta il meticciato imperversa soltanto in Europa. Gli altri continenti, principalmente Asia e Africa, formano sempre piu dei blocchi etnici impermeabili che esportano il surplus delle loro popolazioni ma non ne importano di estranee. Punto capitale: l’islam diventa la bandiera di questa rivolta contro il Nord, rivincita freudiana contro l’"imperialismo occidentale". Nell’inconscio collettivo dei popoli del Sud prende piede questa idea-forza: "le moschee si installano in terra cristiana". Vecchia rivincita sulle crociate, ritorno all’arcaico, ritorno della storia, come un boomerang. Gli intellettuali — musulmani od occidentali — secondo cui il fondamentalismo conquistatore e intollerante non e l’essenza dell’islam si sbagliano di grosso. L’essenza dell’islam, come quella del cristianesimo medioevale, e il totalitarismo teocratico imperiale. Quanto a coloro che si rassicurano spiegando dottamente che i paesi musulmani sono "divisi", pensino invece al fatto che quegli stessi paesi sono meno divisi fra loro che uniti contro un avversario comune, soprattutto quando scoppiera l’emergenza. Questa colonizzazione del Nord da parte del Sud sembra un colonialismo debole, confuso, sostenuto soltanto da appelli alla pieta, al diritto d’asilo, all’eguaglianza. E la strategia della volpe (opposta a quella del leone) identificata dal Machiavelli. Ma in realta il colonizzatore, giustificato dall’ideologia occidentale e "moderna" della sua stessa vittima, finge di adottarne i valori che non condivide minimamente. Egli e antiegualitario, dominatore (mentre sostiene di essere lui il dominato e il perseguitato), revanscista e conquistatore. Bella astuzia di una mentalita rimasta arcaica. Per contrastarla, non sarebbe dunque il caso di ridiventare mentalmente arcaici e sbarazzarsi una volta per tutte della penalizzazione smobilitante rappresentata dall’umanismo "moderno"? Altro fondamento di un probabile conflitto Nord-Sud: un litigio politico-economico globale. Guerra per i mercati e le risorse rare in via di esaurimento (acqua potabile, riserve ittiche eccetera); rifiuto delle quote di disinquinamento da parte dei paesi appena industrializzati del Sud; esigenza di questi ultimi di riversare il loro surplus di popolazione nel Nord. Nella storia, a imporsi sono gli schemi semplici. Un Sud complessato, povero, giovane, esageratamente prolifico, fa pressione su di un Nord moralmente disarmato e in via d’invecchiamento. E non dimentichiamo che il Sud si sta dotando di armi nucleari mentre il Nord pusillanime si riempie la bocca con le parole "disarmo" e "denuclearizzazione".

Settima linea di catastrofe: lo sviluppo di un inquinamento incontrollato del Pianeta, che non minaccia soltanto quest’ultimo (esso puo contare ancora su almeno 4 miliardi di anni prima della fine e puo ricominciare daccapo tutta l’evoluzione) bensi la sopravvivenza fisica dell’umanita. Questa rovina dell’ambiente e il frutto del mito liberal-egualitario (ma un tempo anche sovietico) dello sviluppo industriale universale e di una economia energetica per tutti. Fidel Castro, nel suo discorso all’OMS (Ginevra, 14 maggio 1997), dichiarava: «Il clima cambia, i mari e l’atmosfera si riscaldano, l’aria e l’acqua si inquinano, i terreni si erodono, i deserti si estendono, le forsete spariscono, l’acqua si fa rara. Chi salvera la nostra specie? Le leggi cieche e incontrollabili del mercato? La mondializzazione neoliberale? Un’economia che cresce in se e per se come un cancro che divora l’uomo e distrugge la natura? Non puo essere questa la via, o almeno potra esserlo soltanto per un periodo brevissimo della Storia». Nel pronunciare queste parole ispirate Castro doveva avere in testa l’arroganza irresponsabile degli USA che rifiutano di ridurre (summit di Rio e poi di Tokyo) le loro emissioni di diossido di carbonio. Ma certo questo "marxista paradossale" pensava anche all’adesione di tutti i popoli al modello di profitto mercantile puro e a breve termine, che spinge a inquinare, a deforestare, a devastare le riserve ittiche oceaniche, a saccheggiare le risorse rare senza alcuna pianificazione globale. Fidel Castro si appella qui, senza saperlo, non al marxismo, devastatore quanto il liberalismo, ma all’antica saggezza giustizialista platonica.

Bisogna aggiungere che il canovaccio di queste sette linee catastrofiche convergenti e saturo di fattori aggravanti — acceleratori, si direbbe. Alla rinfusa: la fragilizzazione dei sistemi tecno-economici attraverso l’informatica (il famoso bug dell’anno 2000); la proliferazione nucleare nell’Oriente medio ed estremo (Israele, Iraq, Iran, Pakistan, India, Cina, Corea, Giappone...) da parte di paesi in intensa rivalita, dalle reazioni nervose e imprevedibili; l’indebolimento degli Stati di fronte al potere delle mafie che controllano e amplificano il commercio delle droghe (naturali e ultimamente anche chimico-genetiche), ma si appoggiano anche su nuovi settori economici che vanno dal settore degli armamenti a quello immobiliare passando per quello agro-alimentare — queste mafie internazionali, ammoniva un recente rapporto dell’Onu, dispongono di mezzi superiori a quelli delle istituzioni repressive internazionali. E non dimentichiamo il ritorno delle antiche malattie virali e microbiche: crolla il mito dell’immunita sanitaria. L’AIDS ne ha aperto la prima breccia. Soprattutto a causa dell’indebolimento mutageno degli antibiotici e dell’intensita degli spostamenti umani noi siamo minacciati dal ritorno di un disordine sanitario mondiale. Recentemente, nel Madagascar, quattordici casi di peste polmonare non hanno potuto essere risolti. In poche parole, non ci sono dunque tutte le ragioni di pensare che la modernita sta andando dritta dritta a schiantarsi contro un muro e che l’incidente planetario e irreversibile? Forse no... ma forse. L’essenza della storia, il suo motore, non e dunque il carburante della catastrofe? Per la prima volta, la catastrofe rischia di essere globale, in un mondo globalizzato. Robert Ardrey, brillante etologo e drammaturgo americano, nel 1973 profetizzava: «Il futuro dell’umanita assomiglia a un treno carico di munizioni lanciato a tutta velocita e a luci spente in una notte di nebbia».


* * *
Queste catastrofi annunciate sono il frutto diretto dell’incorreggibile fede nei miracoli della modernita: pensiamo al mito dell’alto tenore di vita possibile per tutti su scala planetaria, e alla generalizzazione di economie a forte consumo energetico. Il paradigma dell’egualitarismo materialista dominante — una societa di consumi "democratica" per 10 miliardi di uomini nel XXI secolo senza saccheggio generalizzato dell’ambiente — e utopia allo stato puro. Questa credenza onirica si scontra con delle impossibilita fisiche. La civilta che essa ha prodotto non potra dunque durare a lungo. Paradosso del materialismo egualitario: esso e idealista e materialmente irrealizzabile. E questo per ragioni sociali (esso destruttura le societa) e soprattutto ecologiche: il pianeta non potra fisicamente sopportare lo sviluppo generale di economie iperenergetiche accessibili a tutti gli esseri umani. I "progressi della scienza" non sono poi cosi vicini. Non bisogna rifiutare la tecno-scienza, ma darle un nuovo punto di riferimento, in una prospettiva inegualitaria. Lo vedremo piu avanti.
Il problema, dunque, non e piu di sapere se la civilta planetaria eretta dalla modernita egualitaria sta per crollare, ma quando. Noi ci troviamo dunque in uno stato d’urgenza (l’Ernstfall di cui parlava Carl Schmitt spiegando che l’egualitarismo liberale non aveva mai compreso ne integrato questa nozione fondamentale, perche esso pensa il mondo in maniera provvidenziale e miracolosa, dominato dalla linea ascendente del progresso-sviluppo). La modernita e l’egualitarismo non hanno mai preso in considerazione il loro fine, mai riconosciuto i loro errori, mai saputo che le civilta sono mortali. Per la prima volta, vi e una certezza: un ordine globale di civilta e minacciato di disastro perche fondato su un materialismo idealista paradossale e ibrido. Ora, noi invochiamo una nuova visione del mondo per la civilta del dopo-catastrofe.


4. Il contenuto: l’archeofuturismo

E probabile che soltanto dopo che la catastrofe avra abbattuto la modernita, la sua epopea e la sua ideologia mondiale, una visione del mondo alternativa si imporra per necessita. Nessuno avra la preveggenza e il coraggio di applicarla prima dell’irruzione del caos. Dunque tocca a noi — a noi che viviamo nell’interregnum, secondo la formula di Giorgio Locchi, preparare fin da ora la concezione del mondo del dopo-catastrofe: essa potrebbe essere incentrata sull’archeofuturismo. Ma bisogna dare un contenuto a questo concetto.

a. Essenza dell’arcaismo

Bisogna ridare alla parola "arcaico" il suo vero senso, positivo e non peggiorativo, conformemente al senso del sostantivo greco arche, che significa allo stesso tempo "fondamento" e "inizio", ovvero "stimolo fondatore". Esso significa anche "cio che e creatore e immutabile" e si riferisce alla nozione centrale di "ordine". Attenzione: "arcaico" non vuol dire "passatista", giacche il passato storico ha prodotto la modernita egualitaria che fallisce, e dunque ogni regressione storica sarebbe assurda. E la modernita che appartiene gia a un passato compiuto.

L’arcaismo sarebbe allora un tradizionalismo? Si e no. Il tradizionalismo esalta la trasmissione dei valori e, a giusto titolo, combatte le dottrine della tabula rasa. Ma tutto dipende da quali tradizioni si trasmettono. Non sarebbe possibile accettare qualsiasi tradizione, per esempio quella delle ideologie universaliste ed egualitarie o quelle che sono sclerotizzate, museografiche, smobilitanti. Non conviene allora selezionare fra le tradizioni (i valori trasmessi) quelle che sono positive e quelle che sono nocive? La nostra corrente di pensiero e sempre stata lacerata e indebolita da una frattura artificiale, che opporrebbe i "tradizionalisti" e quelli che sarebbero "rivolti al futuro". L’archeofuturismo puo riconciliare queste due famiglie mediante un superamento concettuale.

Le poste in gioco che agitano il mondo attuale e che minacciano di catastrofe la modernita egualitaria sono gia di ordine arcaico: la sfida religiosa dell’islam; le battaglie geopolitiche e oceano-politiche per le risorse rare, agricole, petrolifere, ittiche; il conflitto Nord-Sud e l’immigrazione di colonizzazione verso l’emisfero Nord; l’inquinamento del pianeta e lo scontro fisico fra gli auspici dell’ideologia dello sviluppo e la realta. Tutte queste poste in gioco ci precipitano di nuovo verso questioni remote. Messi nel dimenticatoio i dibattiti politici quasi-teologici dei secoli XIX e XX, che in fondo erano discorsi sul sesso degli angeli.

Il ricorrere delle "questioni arcaiche" e dunque fondamentali lascia sbigottiti gli intellettuali "moderni" che disquisiscono sul diritto degli omosessuali al matrimonio o su altre faccende insignificanti. La caratteristica della modernita moribonda e la sua propensione alla mancanza di senso e alla commemorazione. La modernita e passatista, mentre l’arcaismo e futurista.

D’altra parte, come presentiva il filosofo Raymond Ruyer (detestato dall’intellighenzia della Rive gauche) nelle sue opere fondamentali Les nuisances ideologiques e Les cents prochains siecles, una volta chiusa la parentesi dei secoli XIX e XX e conclusesi in catastrofe le allucinazioni ideologiche dell’egualitarismo, l’umanita ritornera ai valori arcaici, vale a dire — molto semplicemente — biologici e umani (antropologici): separazione sessuale dei ruoli, trasmissione delle tradizioni etniche e popolari, spiritualita e organizzazione sacerdotale, gerarchie sociali visibili e normanti; culto degli antenati; riti e prove iniziatiche; ricostruzione delle comunita organiche intrecciate dalla sfera familiare al popolo; disindividualizzazione del matrimonio e delle unioni che coinvolgono la comunita allo stesso titolo che gli sposi; fine della confusione tra erotismo e intimita coniugale; prestigio della casta guerriera; ineguaglianza degli statuti sociali, non implicita — il che sarebbe ingiusto e frustrante, come avviene oggi nelle utopie egualitarie — bensi esplicita e ideologicamente legittimata; proporzionalita dei doveri ai diritti; applicazione della giustizia secondo gli atti e non secondo gli uomini, cosa che responsabilizza questi ultimi; definizione del popolo — e di ogni gruppo o corpo costituito — come comunita diacronica di destino e non come massa sincronica di atomi individuali eccetera.

Per farla breve, diciamo che i secoli futuri, nel grande movimento a bilanciere della storia che Nietzsche chiamava "l’eterno ritorno dell’identico", ritorneranno in un modo o nell’altro a questi valori arcaici.

Per noi Europei il problema e di non lasciarceli imporre dall’islam — cosa che, invece, sta accadendo proprio ora e in modo strisciante —, bensi di imporceli nuovamente noi stessi, attingendo alla nostra memoria storica.

Evidentemente l’ideologia oggi egemone — ma senza dubbio non per molto ancora — considera diabolici questi valori. Proprio come un pazzo paranoico vede lo psichiatra che lo cura sotto l’aspetto del demonio. In realta questi sono valori di giustizia. Conformi alla natura umana piu antica, questi valori arcaici rifiutano l’errore dell’emancipazione dell’individuo commesso dalla filosofia dei Lumi, che sfocia nell’isolamento di questo individuo e nella barbarie sociale. Questi valori arcaici sono giusti nel senso platonico del termine, perche prendono l’uomo per quello che e — uno zoon politikon ("animale sociale e organico inserito nella citta comunitaria", secondo la definizione di Aristotele), e non per quello che non e — un atomo asessuato e isolato provvisto di pseudo-diritti universali e imprescrittibili.

Piu concretamente, questi valori anti-individualisti permettono la realizzazione di se, la solidarieta attiva, la pace sociale, laddove l’individualismo pseudo-emancipatore delle dottrine egualitarie puo sfociare soltanto nella legge della giungla.

b. Essenza del futurismo

Una costante della mentalita europea consiste nel suo rifiuto dell’immutabile e nel suo carattere faustiano, tentatore (nei due sensi del termine: "colui che fa dei tentativi" e "colui che fa subire delle tentazioni"), sperimentatore delle nuove forme di civilizzazione. Il fondo culturale europeo, ereditato dall’America, e avventuroso. E soprattutto e volontarista. Esso mira a trasformare il mondo attraverso la creazione di Imperi, o attraverso la tecno-scienza, e sempre per mezzo di grandi progetti. Questi ultimi sono la rappresentazione anticipata di un futuro elaborato. Il "futuro", e non il ciclo storico ripetitivo, e il cuore della visione europea del mondo. Parafrasando Heidegger, la storia e un "sentiero interrotto" che serpeggia nella foresta, oppure il corso di un fiume in cui bisogna incessantemente affrontare pericoli sempre nuovi e sempre nuove scoperte.

D’altra parte, in questa visione futurista, le invenzioni della tecnoscienza (oppure i progetti politici o geopolitici) pensati come sfide non sono assunti in modo soltanto utilitario, bensi anche estetico. L’aviazione, i missili, i sottomarini, l’industria nucleare sono nati da sogni razionalizzati nei quali lo spirito scientifico ha realizzato il progetto dello spirito estetico. L’anima europea e contrassegnata da un’inclinazione al futuro, segno di giovinezza. In una parola, l’anima europea e storificativa [neologismo coniato per l’occasione, nel tentativo di rendere il senso che l’Autore da all’anima europea come "dotata della capacita di agire/creare la storia". Speriamo di esserci riusciti – n.d.t.] e immaginativa (essa immagina incessantemente la storia futura secondo un progetto dato).

Del pari, nell’arte, la civilta europea fu la sola a conoscere un costante rinnovamento delle forme. Ogni ripetizione ciclica dei modelli vi e proscritta. Lo spirito dell’opera e immutabile (polo arcaico) ma la forma deve continuamente rinnovarsi (polo futurista). L’anima europea si colloca sotto il segno della creazione e dell’invenzione permanente — cio che gli antichi greci chiamavano poiesis, ben consapevoli del fatto che l’asse direzionale, i valori, devono restare conformi alla tradizione.

L’essenza del futurismo consiste nel pensare architettonicamente il futuro (e non di fare tabula rasa del passato): nel pensare la civilta — in questo caso europea — come un’opera in movimento, secondo la concezione della musica propria di Wagner; in altre parole, nel considerare il politico non soltanto come la limitativa "designazione del nemico" data da Carl Schmitt, ma come designazione dell’amico e soprattutto come formazione del popolo nel futuro senza mai perdere di mira l’ambizione, l’indipendenza, la creativita e la potenza.

Ma questo dinamismo, questa volonta di potenza, questa proiezione nel futuro si scontrano con diversi ostacoli: prima di tutto la modernita egualitaria li minaccia attraverso la sua morale della "colpevolizzazione della forza" e attraverso il suo fatalismo storico. Poi, in campo sociale, un futurismo deviato puo dar luogo a delle aberrazioni utopiche, per il puro gusto del "cambiamento per il cambiamento". In terzo luogo, la mentalita futurista, abbandonata a se stessa soprattutto nel campo tecno-scientifico, puo rivelarsi suicida, segnatamente nel campo dell’ambiente e dell’ecologia. Nasce di qui il rischio di una deificazione della tecnica, ritenuta in grado di risolvere ogni problema.

Il futurismo, dunque, deve essere temperato dall’arcaismo — addirittura, con una formula un po’ azzardata: l’arcaismo deve epurare il futurismo.

Per finire, la mentalita futurista e andata a cozzare contro delle barriere: limitazione della conquista spaziale per via dei costi elevati, banalizzazione e perdita di senso della tecno-scienza, disincantamento nei confronti di tutti i suoi valori positivi e "poietici" di mobilitazione, spoetizzazione e "disestetizzazione", mercantilismo generalizzato eccetera.

Bisogna dedurne che il futurismo puo divenire di nuovo agente/attore soltanto a patto di lanciarsi su nuove piste. E soltanto il mondo neoarcaico che si delinea all’orizzonte puo ri-orientare il mentale futurista oltre gli impacci della modernita.

c. La sintesi archeofuturista come combinazione filosofica apollineo-dionisiaca

Il futurismo e l’arcaismo rappresentano ciascuno l’intreccio indissolubile dei principi apollineo e dionisiaco, che sono sempre stati apparentemente opposti ma in realta complementari. Il polo futurista e apollineo per via del suo progetto sovrano e razionale di messa-in-forma del mondo, e allo stesso tempo dionisiaco per via della sua mobilitazione estetica e romantica dell’energia pura. Dal canto suo, l’arcaismo e dionisiaco perche tellurico: esso si richiama alle forze eterne e alla fedelta dell’arche; ma allo stesso tempo e apollineo perche si fonda sulla saggezza e sulla stabilita dell’ordine umano.

Si tratta, in buona sostanza, di pensare insieme, secondo la logica inclusiva dell’et-et e non piu secondo quella esclusiva dell’aut-aut, l’iperscienza del futuro e il ritorno alle soluzioni tradizionali affioranti dalla notte dei tempi. Il futurismo e in realta il piu potente degli arcaismo; sulla base di un realismo purissimo, per realizzarsi un progetto futurista deve necessariamente ricorrere all’arcaismo.

Di qui un paradosso: l’archeofuturismo rifiuta qualsiasi idea di progresso — tutto quanto attiene alla concezione del mondo di un popolo deve fondarsi su basi immutabili, anche se le forme e le formulazioni variano col tempo: da 50.000 anni a questa parte l’homo sapiens e cambiato di poco, e i modelli arcaici e premoderni di organizzazione sociale hanno dimostrato la loro validita. Dunque all’idea di progresso l’archeofuturismo deve sostituire quella di movimento.

E possibile notare una straordinaria compatibilita fra i valori arcaici e le rivoluzioni consentite dalla tecno-scienza. Perche? Perche, ad esempio, non e possibile gestire con la mentalita egualitaria e umanitarista moderna le possibilita esplosive dell’ingegneria genetica o quelle delle nuove armi elettromagnetiche. L’incompatibilita fra l’ideologia egualitaria moderna e il futurismo si vede bene nell’inverosimile limitazione dell’industria nucleare civile in Occidente attraverso un’opinione pubblica manipolata, o negli ostacoli pseudo-etici innalzati contro le tecniche transgeniche, la creazione di "ricostruzioni" umane o l’eugenetica positiva.

Il futurismo sara tanto piu radicale quanto piu ridiventera arcaico; e dal canto suo l’arcaismo sara tanto piu radicale quanto piu diventera futurista.

Beninteso, l’archeofuturismo riposa sulla nozione nietzscheana di Umwertung — rovesciamento radicale dei valori moderni — e su una concezione sferica della storia.

Chiariamo il concetto. La modernita ugualitaria, poggiata sulla fede nel progresso e suillo sviluppo senza fine, ha adottato una visione lineare, ascendente, escatologica e soteriologica della storia. Si tratta di una laicizzazione della visione del tempo propria delle religioni salvifiche, del resto ampiamente condivisa sia dai socialismi sia dal democratismo liberale. Invece le societa tradizionali (soprattutto non-europee) sviluppano una visione ciclica, ripetitiva e dunque fatalista della storia. Ma la visione nietzscheana (quella che Giorgio Locchi definiva "sferica") prende le distanze tanto dalla concezione lineare del progresso quanto dalla concezione ciclica.

Di che si tratta? Immaginiamo una sfera, una biglia, che avanza disordinatamente lungo un piano, magari mossa dalla volonta, necessariamente imperfetta, di un giocatore di biliardo. Per forza di cose, dopo diverse rotazioni, lo stesso punto della biglia si trovera nuovamente a contatto del tappeto. E l’eterno ritorno dell’identico — ma non dello stesso. Perche? Perche la biglia non e immobile: se e vero che a toccare il tappeto e lo stesso punto della sfera, tuttavia la sfera medesima non si trova piu nello stesso punto del tappeto toccato precedentemente. Si verifica dunque una situazione simile, ma in un luogo diverso. Lo stesso paragone puo valere per le stagioni, e per la visione della storia propria dell’archeofuturismo.

Il ritorno dei valori arcaici non deve essere concepito come un ritorno ciclico al passato (dal momento che questo passato ha, in tutta evidenza, fallito, poiche ha dato vita a una catastrofica modernita), bensi come un riaffiorare di configurazioni sociali arcaiche in un contesto del tutto nuovo.

Detto in altre parole, si tratta di applicare soluzioni antichissime a problemi totalmenti inediti; ovvero di ricorrere a un ordine dimenticato ma trasfigurato da un contesto storico differente.

Ancora tre precisazioni di natura filosofica: innanzitutto l’archeofuturismo si distingue dall’abituale "tradizionalismo" grazie ad un’analisi differente della tecnoscienza. la quale ultima non dev’essere demonizzata e non e essenzialmente legata alla modernita ugualitaria. Al contrario, essa affonda le sue radici nel patrimonio etnoculturale europeo, segnatamente all’eredita ellenica. Non dimentichiamo che la Rivoluzione francese "non aveva bisogno di scienziati" e ne ha ghigliottinati parecchi.

Seconda precisazione: l’archeofuturismo e una visione metamorfica del mondo. Proiettati nel futuro, i valori dell’arche sono riattualizzati e trasfigurati. Dunque il futuro non e la negazione della tradizione, della memoria storica del popolo, ma la loro metamorfosi e dunque, in conclusione, il loro rafforzamento e la loro rigenerazione. Azzardiamo una metafora: che cos’hanno in comune un sottomarino nucleare e una triremi ateniese? Niente e tutto. L’uno e la metamorfosi dell’altra, ma tutti e due, in due epoche diverse, puntano esattamente allo stesso obiettivo e rispondono ai medesimi valori — anche sul piano estetico.

Terza precisazione: l’archeofuturismo e un pensiero ordinatore — laddove "ordine" e la parola che piu di tutte graffia la sensibilita dei cervelli moderni, preda della fallace etica individualista dell’emancipazione (o pseudo-tale) che ha prodotto sia l’impostura dell’arte contemporanea sia i disordini del sistema educativo o politico-economico attuale.

Ma secondo la visione platonica espressa nella Repubblica l’ordine non e ingiustizia. Ogni pensiero ordinatore e rivoluzionario, e ogni rivoluzione e un ritorno alla giustizia dell’ordine.



Un concetto che non sa fornire esempi della propria applicazione storica non e efficace. Il marxismo ha fallito in parte perche Marx e Engels, impantanati nella "filosofia del no" e nell’ipercriticismo, non hanno dato descrizioni realistiche, anche indicative, della loro "societa comunista". Risultato: se la critica del capitalismo era in certi punti pertinente, al contrario la costruzione concreta del paradigma comunista si e realizzata nell’improvvisazione, secondo l’arbitrio di autocrati e tiranni. Il comunismo e crollato perche, nonostante fosse un pensiero radicale in rapporto all’ordine borghese, esso e rimasto una logica astratta del risentimento che ha tentato di applicarsi mediante dogmi politici sbrigativamente schematizzati. Per il momento si tratta soltanto di aprire delle piste.



La risposta allo scontro Nord-Sud in gestazione e all’ascesa dell’islam
In quel processo di arcaizzazione del mondo iniziato negli anni Ottanta, la geopolitica moderna e stata sconvolta: l’islam riprende la sua avanzata conquistatrice interrotta per qualche secolo dalla colonizzazione europea; grandi movimenti di migrazione colonizzatrice dilagano nell’emisfero nord, come contraccolpo del colonialismo e dell’invecchiamento del Nord; tutta la problematica del XIX e del XX secolo — che opponeva da una parte l’Europa all’America del Nord e dall’altra, in seno al continente euroasiatico, gli "occidentali" (di cui i tedeschi non sempre fanno parte) agli Slavi — sta declinando. La tensione — e un domani lo scontro — e ormai fra il Nord e il Sud. Noi ci troviamo gia di fronte a sfide archeofuturiste.

E aberrante soccombere al mito angelista dell’"integrazione multirazziale" o del "comunitarismo" etnopluralista. La mentalita dei musulmani (non puo esistere un islam "moderato" o "laico"), come quella degli "emigranti di popolamento" del Sud, e anche quella dei giovani figli di immigrati (insediati, in masse sempre piu numerose e aggressive, nelle conurbazioni europee), e perfino quella dei dirigenti delle potenze musulmane ed estremo-orientali in rimonta, dissimulata sotto un’ipocrita vernice occidentale e moderna, e rimasta arcaica: primato della forza, legittimita della conquista, etnismo esacerbato, animalizzazione del nemico, religiosita aggressiva, tribalismo, machismo, culto del capo e degli ordini gerarchici — benche camuffati sotto un repubblicanesimo democratico. Noi viviamo, sotto una formula diversa, il ritorno delle grandi invasioni. Ora, il fenomeno e assai piu grave che all’epoca, poiche oggi gli "invasori" hanno conservato dei "paesi-base", delle madrepatrie con cui sono sempre solidali e che possono difenderli. E che in segreto aspirano a farlo, anche militarmente, in futuro. E per questo motivo che parliamo di colonizzazione piuttosto che di invasione.

La mentalita egualitaria moderna e totalmente incapace di resistervi. Non sarebbe meglio, allora, adottare nuovamente gli stessi valori arcaici che animano gli avversari oggettivi; e che sono, con importanti varianti, quelli di tutti i popoli, prima e dopo la parentesi della modernita?

b) la risposta al declino degli Stati-nazione europei e alla sfida dell’unificazione europea
In questa prospettiva, quello che importa e prepararsi alla possibilita di uno scontro e rompere con l’angelica utopia moderna di una concordia universale. Si tratta di ripensare la guerra non piu sotto la forma moderna delle guerre nazionali, bensi, come nell’Antichita e nel Medio Evo, sotto forma di scontri vitali di grandi insiemi etnici o etno-religiosi. Sarebbe interessante ripensare, sotto forme future in gestazione, quelle macro-solidarieta che furono l’Impero romano o la Cristianita europea. Sarebbe interessante definire in maniera pragmatica l’idea di Eurosiberia, da Brest allo Stretto di Bering, dall’Atlantico al Pacifico, estesa lungo quattordici fusi orari su cui il sole non tramonta mai: il piu vasto insieme geopolitico della Terra, sul quale i dirigenti russi riflettono maldestramente tra i fumi della vodka, ma almeno riflettono. Sarebbe interessante domandarsi se il nazionalismo francese non sia totalmente obsoleto, se lo Stato-nazione in Europa non sia altrettanto anacronistico del monarchismo maurrassiano nel 1920; se la costruzione balbettante e annaspante di uno Stato federale europeo (anche grazie agli utili idioti di cui parlava Lenin), malgrado gli inconvenienti a breve termine, non sia invece il solo mezzo, a lungo termine, come risposta metamorfica del modello imperiale romano e germanico, di preservare i popoli-fratelli del nostro Grande Continente dalla sparizione e dalla sommersione pure e semplici.
E poi interrogarsi: in questa nuova mano da giocare, gli Stati Uniti sono un nemico (come io stesso avevo proclamato tempo fa), cioe un insieme che fa pesare una minaccia, oppure sono semplicemente un avversario e un competitore economico, politico e culturale? Si tratta di porre il problema neo-arcaico della solidarieta globale — etnica, fondamentalmente — del Nord di fronte alla minaccia del Sud. Sia quel che sia, la nozione di Occidente sparisce per cedere il posto a quella di Mondo del Nord, o Nordland.

Come nel Medio Evo e nell’Antichita — vi tornero piu oltre — il futuro esige di considerare la Terra come mosaico di grandi insiemi quasi-imperiali in conflitto-cooperazione tra loro.

L’avvenire non appartiene forse a una Europa neo-federale fondata su regioni autonome? Il che sarebbe la riattualizzazione dell’organizzazione antica e medioevale del continente. Molto semplicemente perche un’Europa tecno-brussellese, allargata, composta da una ventina di nazioni indecise, divise, ineguali, sara un magma apolitico sottomesso agli USA e alla NATO, aperto alla colonizzazione migratoria e alla concorrenza selvaggia dei nuovi paesi industriali. Dopo l’Euro, ritorno a una moneta continentale per la prima volta dalla fine dell’Antichita. E possibile ipotizzare degli Stati Uniti d’Europa come grande potenza federale, aperta all’alleanza con la Russia?

c) la risposta alla crisi della democrazia
Peter Mandelson, teorico politico britannico "di sinistra" artefice del New Labour di Tony Blair, nel corso di un’intervista dell’aprile 1998 al quotidiano londinese "The Guardian", si e cosi espresso: «E legittimo pensare che il regno della democrazia rappresentativa pura sia giunto alla fine. […] La democrazia e la legittimita esigono di essere costantemente rinnovate. Esse hanno bisogno di essere ridefinite ad ogni generazione. La rappresentativita trova un complemento in forme d’impegno piu dirette — da Internet ai referendum. E questo implica un cambiamento di stile della politica, per poter rispondere a questi cambiamenti. La gente non sa che farsene di un metodo di governo che li infantilizza e che non li tiene in alcuna considerazione».
Difficile immaginare un attacco migliore contro il modello "moderno" di democrazia parlamentare occidentale teorizzato da Rousseau nel Contratto Sociale e divenuto ormai obsoleto. Il pragmatismo anglosassone permette spesso aperture ideologiche — purtroppo mal concettualizzate — proibite al dottrinalismo francese, all’idealismo tedesco o al bizantinismo italiano.

Mandelson, eminente testa pensante del New Labour, e archeofuturista senza saperlo. Perche, infatti, che cosa dice? Che la democrazia parlamentare "moderna", ereditata dai paradigmi del XVIII e XIX secolo, non e piu adeguata al mondo del futuro. Lentezza e mollezza delle decisioni; regno del compromesso; assenza di autorita perentoria di fronte all’Ernstfall, il "caso urgente", sempre piu frequente; distanza fra le vere aspirazioni e volonta del popolo e la politica dei governi "democratici"; dittatura delle burocrazie e degli affaristi; paralisi dei parlamenti; carrierismo corrotto degli uomini di partito; improvvisa apparizione massiccia delle mafie eccetera.

La democrazia moderna non difende gli interessi del popolo bensi quelli delle minoranze illegittime. Essa non si fida del popolo reale e scredita il concetto di "populismo" assimilandolo a quello di dittatura — e il colmo. Mandelson suggerisce anche la necessita di restaurare un’autorita politica audace e decisionista, priva di pregiudizi ideologici o pseudo-morali, ma appoggiata sulla volonta del popolo reale, grazie soprattutto «ai mezzi elettronici immediati di voti e consultazioni, prolungamenti di Internet e Intranet, che potrebbero permettere di moltiplicare i referendum». Queste piste sono parecchio interessanti. Esse coniugano, per riformare la democrazia, due elementi arcaici e un elemento futurista.

Primo elemento arcaico: la potenza decisionista sovrana mobilitata dalla volonta diretta del popolo. Ecco cio che rinvia al modello dell’auctoritas della prima repubblica romana, simboleggiata dalla sigla SPQR (Senatus PopulusQue Romanus, il Senato e il popolo romano), associazione strettissima di aspirazione popolare e autorita costituita; e questa auctoritas impone i suoi decreti senza la censura dei giudici o di una "legge" superiore al buon volere del popolo. Al riguardo e anche possibile evocare il modello ateniese del IV e V secolo prima della nostra era.

Secondo elemento arcaico: il riavvicinamento fra istituzioni politiche e popolazione. Lo Stato-nazione moderno, dapprima concettualizzato da Hobbes, ha separato il popolo dalla sovranita, sotto l’illusione di una miglior rappresentazione della volonta generale. Implicitamente Mandelson propone di ritornare al principio — che fu gia ateniese, romano e medioevale — di contiguita fra il popolo e i decisionisti. Del resto il termine demos (democrazia: potere dei demi) significa letteralmente "quartiere" o "distretto rurale". In questa prospettiva, si potrebbe avere in vista un’Europa decentralizzata, in cui i "popoli locali" potrebbero darsi le proprie leggi. Secondo il modello imperiale romano o germanico medioevale.

Terzo elemento, stavolta futurista: la possibilita di consultazioni referendarie immediate attraverso servizi di posta elettronica salvaguardati da codici individuali. L’establishment politico-mediatico, che ha paura del popolo, evidentemente rifiuta questa soluzione, perche teme di veder compromesse le sue manovre. Inoltre, l’ideologia egemonica della modernita si batte e applica la censura (come in biologia) per limitare le possibilita offerte dalla tecnoscienza. La modernita e reazionaria.

Ma che cos’e il popolo, e che cosa sara?

E il laos, la "massa" dei marxisti o dei liberali, cioe la "popolazione presente" fondata sul diritto del suolo; o e invece l’ethnos, comunita popolare fondata sulla legge del sangue, della cultura e della memoria? La modernita tendeva a definire il popolo come laos, come massa sradicata di individui provenienti da ogni dove. Ma il futuro che avanza, inesorabile, risuscita l’etnismo e il tribalismo, su scala locale come su scala mondiale. Domani il popolo sara, ancora e come sempre prima della parentesi moderna, l’ethnos. Vale a dire una comunita a un tempo culturale e biologica. Insisto sull’importanza della parentela biologica per definire un popolo, e mi riferisco in particolare alla famiglia dei popoli europei (e di tutti gli altri): non soltanto perche l’umanita (contrariamente al melting-pot) si definisce sempre di piu come "insieme di blocchi etno-biologici", ma perche le caratteristiche ereditarie di un popolo fondano la sua cultura e le sue mentalita.

d) la risposta alla disgregazione sociale
Lo si vede nel crollo dei sistemi educativi, che non sanno piu contenere l’analfabetismo e la criminalita in eta scolare, perche si fondano sull’illusione dei metodi "non autoritari" d’insegnamento; lo si vede nel progredire della delinquenza urbana, la cui causa non e soltanto l’immigrazione incontrollata, ma il dogma irreale della "prevenzione" onnipotente e l’oblio dell’antico principio di repressione che non ha nulla di tirannico se si basa sul diritto; lo si vede nel declino demografico, la cui causa non e soltanto l’antinatalismo dei governanti e il masochismo etnico dell’ideologia diffusa, ma anche l’individualismo edonista esacerbato che provoca l’esplosione di pratiche antinaturali: automaticita dei divorzi, tra breve ridotti a semplici formalita amministrative, ridicolizzazione e rifiuto ostinato, fiscale e sociale, della casalinga, esplosione dei concubinaggi effimeri e sterili, accettazione dell’omosessualita con coppie omosessuali legali in grado di adottare bambini; comparsa di matrimoni da strapazzo (i ridicoli CUS, contratti di unione sociale) eccetera. Come abbiamo visto prima, il deficit demografico, conseguenza dell’antinatalismo, e destinato a provocare un disastro economico europeo a partire dall’anno 2010, in ragione del deficit crescente dei budget sociali provocati dall’invecchiamento.
Dovunque la modernita trionfalista ma agonizzante fallisce nei suoi intenti di regolazione sociale. Perche, come aveva compreso l’antropologo Arnold Gehlen, essa si basa su di una visione utopica della natura umana, una antropologia fallace.

E probabile che il mondo del dopo-caos dovra riorganizzare i tessuti sociali secondo principi arcaici, vale a dire, in fondo, umani.

Quali sono questi principi? La potenza della cellula familiare dotata di autorita e responsabilita sulla progenie; la prevalenza penale del principio punitivo su quello di prevenzione; la subordinazione dei diritti ai doveri; inquadramento — e non imbrigliamento — degli individui in seno a strutture comunitarie; la forza delle gerarchie sociali rese nuovamente visibili attraverso la solennita di rituali sociali (funzione estetico-magica); la riabilitazione del principio aristocratico, cioe ricompense ai migliori e ai piu meritevoli (secondo i tre principi del coraggio, del servizio e del talento), sapendo che un surplus di diritti comporta un surplus di doveri, ma sapendo anche che un’aristocrazia non deve degenerare in plutocrazia e deve diffidare della deriva ereditaria.

Si tratta dunque di "abolire le liberta"? Paradossalmente, e proprio la modernita "emancipatrice" che ha rosicchiato le liberta concrete proclamando una Liberta astratta. Mentre in Europa diventa praticamente impossibile espellere l’immigrante illegale, le mafie prendono piede e le bande delinquenti beneficiano di una relativa impunita, al contrario i cittadini che giocano al gioco del patto sociale sono sempre piu schedati, sorvegliati, finanziariamente inquadrati, dissanguati e sottoposti a eccessiva pressione fiscale.

Contro questo scacco, non converrebbe restaurare le nozioni medioevali e antiche, ma concrete, di franchigie, di patti comunitari locali, di solidarieta organica di contiguita?

Tanto basta per i principi generali. Probabilmente saranno questi a fondare le societa del futuro, nate dalle rovine della modernita. Per applicarle, per prepararle concretamente, c’e bisogno di nuovi ideologi della nostra corrente di pensiero. E ci sono alcuni interrogativi concreti che vale la pena di porre.

Alla rinfusa: perche mantenere la scuola obbligatoria fino a 16 anni e non accontentarsi di una semplice scolarita elementare, in cui sarebbero insegnate con disciplina ed efficacia le materie di base? Dopo i 13 anni, si sarebbe liberi di scegliere per un apprendistato lavorativo o per il proseguimento degli studi. Si uscirebbe cosi dalla sclerosi del sistema attuale, fonte di fallimento scolastico, di incivismo, di ignoranza, di analfabetismo e di disoccupazione. Un ciclo primario disciplinato e inquadrato formerebbe giovani di un livello piu elevato di quelli che escono oggi da un ciclo secondario scalcinato, spesso quasi analfabeti. Ogni disciplina e liberatrice. In che cosa una scolarita a due velocita, fondata su di una selezione rigorosa e su di un sistema di borse di studio in grado di evitare la plutocrazia e la dittatura del denaro, e ingiusta se grazie ad essa vi e circolazione delle elite e meritocrazia?

Le nuove societa del futuro potranno assistere all’abolizione dell’aberrante sistema egualitario attuale in cui "tutti vogliono essere ufficiali", o quadri, o diplomati, quando evidentemente la maggioranza non ne ha le capacita. Questo modello e fonte di frustrazioni e genera fallimenti e risentimento sociale. Societa innervate da tecnologie sempre piu sofisticate reclameranno al contrario il ritorno alle arcaiche norme gerarchiche, in cui una minoranza competente e meritocratica e selezionata duramente per dirigere l’insieme. Coloro che occuperanno posizioni subalterne, in una societa non egualitaria, non se ne sentiranno frustrati e la loro dignita non sara messa in discussione, poiche essi accetteranno la loro condizione, utile in seno alla comunita organica. Essi saranno liberati dall’hybris individuale della modernita che postula, implicitamente, che tutti hanno il diritto di diventare scienziati o principi.

Altro esempio: nel trattamento della delinquenza, il futuro ci obblighera a ripensare i metodi moderni inefficaci di prevenzione e di reinserimento a vantaggio di una rivoluzione giuridica che riabiliti i metodi arcaici di repressione e di rieducazione forzata. Inoltre bisogna cambiare logica mentale.

In breve, i modelli sociali del futuro, in virtu dell’introduzione delle "ipertecnologie", non ci dirigono verso una situazione di maggiore egualitarismo (come credono gli stupidi apologeti della pancomunicazione grazie a Internet), ma verso il ritorno a modelli sociali arcaici gerarchizzati. Del resto, anche gli imperativi della concorrenza tecnologica mondiale e della guerra economica per i mercati e le risorse rare vanno in questo senso: conquisteranno alla loro causa i popoli in possesso dei "blocchi elitari" piu potenti e piu selezionati, e le masse piu organicamente integrate.

e) la risposta all’indecisione planetaria, all’inadeguatezza dell’"arnese" ONU e al rischio di scontri generalizzati
Gli Stati-nazione dell’ONU — dagli USA alle Isole Fiji — sono incapaci di condurre questa nave spaziale affollata che e divenuta la Terra. Lo si e visto al vertice di Tokyo, incapace di fondare un’intesa su una politica comune per evitare le catastrofi ecologiche che cominciano. Sarebbe meglio avere in vista l’organizzazione del pianeta, a medio termine, in sette od otto grandi insiemi "neo-imperiali" decisionisti e negoziatori. Cosi ci si riallaccerebbe, in forma diversa, all’antica organizzazione del mondo fondata su blocchi analoghi.
Scenario: un blocco sino-confuciano, un insieme euro-siberiano, poi un altro arabo-musulmano, e ancora uno nord-americano, uno africano, uno sud-americano e infine un ultimo comprendente il Pacifico e l’Asia peninsulare.

f) la risposta al caos economico ed ecologico
L’abbiamo visto sopra: il paradigma economico moderno, fondato sulla credenza nei miracoli, si scontrera con delle impossibilita fisiche. L’utopia dello "sviluppo" per 10 miliardi di uomini e ecologicamente impossibile.
Il crollo prevedibile dell’economia-mondo attuale permette di intrevedere e di formulare l’ipotesi di un modello rivoluzionario fondato su una economia mondiale autocentrata e inegualitaria. La quale ci sara forse imposta dalle circostanze e dal caos, ma che sara meglio prevedere e organizzare. Questa ipotesi riposa su tre grandi paradigmi. Lo scenario archeofuturista:

1) la maggioranza dell’umanita ritorna a un’economia rurale e artigianale pre-tecnica di sussistenza, con una struttura demografica neo-medioevale. L’Africa, come tutte le popolazioni dei paesi poveri, sarebbe interamente coinvolta in questa rivoluzione. La vita comunitaria e tribale riprenderebbe i suoi diritti. La "felicita sociale" sarebbe probabilmente superiore a quella dei paesi-giungla di oggi come la Nigeria o delle megalopoli-fogna come Calcutta o Citta del Messico. Anche nei paesi industrializzati — India, Russia, Brasile, Cina, Indonesia, Argentina eccetera — una parte importante della popolazione potrebbe ritornare a questo modello socio-economico arcaico.

2) Una minoranza dell’umanita conserverebbe il modello economico tecno-scientifico fondato sull’innovazione permanente. Essa formerebbe una "rete di scambio planetario" concernente piu o meno soltanto un miliardo di persone. Il vantaggio considerevole sarebbe un inquinamento molto meno importante di quello attuale. Del resto non si vede altra soluzione per salvare l’ambiente mondiale poiche le energie non-inquinanti non saranno disponibili nell’immediato futuro.

3) I grandi blocchi a economia neo-arcaica sarebbero autocentrati su scala continentale o pluricontinentale, e non effettueranno scambi reciproci. Soltanto la parte tecnoscientifica dell’umanita si dedicherebbe agli scambi planetari.

Questa economia mondiale a due velocita coniuga dunque arcaismo e futurismo. Alla parte tecnoscientifica dell’umanita dovrebbe essere proibito intervenire nelle comunita neo-medioevali di maggioranza, e soprattutto "aiutarle". Beninteso, per uno spirito moderno ed egalitario questo scenario e mostruoso. Ma in termini di benessere collettivo reale — dunque di giustizia — questo scenario rivoluzionario potrebbe mostrarsi pertinente.

D’altra parte, alleggerita dal peso economico delle zone "in via di sviluppo" e "bisognose di aiuto", la parte minoritaria dell’umanita vivente in un’economia tecno-scientifica potrebbe seguire un ritmo d’innovazione molto piu sostenuto di oggi. Inoltre, il ritorno all’arcaismo beneficia del futurismo e viceversa.

Beninteso, qui si tratta soltanto di un abbozzo, una pista. Tocchera agli economisti realizzarla.

g) la rivoluzione delle biotecnologie
E in campo biologico che la necessita dell’archeofuturismo sembra piu esplicita. Le mentalita moderne ed egualitarie, impegolate nella trappola colpevolizzante dell’"etica" dei diritti dell’uomo, non sono capaci di assumere le avanguardie della biologia. Esse inciampano su barriere morali, in realta para-religiose. Il modernismo finisce col divenire antiscientifico. Esso compromette gli sviluppi dell’ingegneria genetica. Esso compromette gli sviluppi dell’ingegneria genetica e transgenetica. Il paradosso e che soltanto una mentalita neo-arcaica ci permettera di utilizzare le applicazioni delle tecnologie genetiche oggi continuamente frenate. La mentalita moderna conosce in realta un blocco importante: l’antropocentrismo e la sacralizzazione egualitaria della vita umana, ereditata dal cristianesimo laicizzato.
Prendiamo numerose applicazioni della tecnologia biologica gia in via di realizzazione, lo stadio della sperimentazione animale essendo gia stato superato.

Tanto per cominciare, le tecnologie di eugenetica positiva, che permetteranno non soltanto di guarire le malattie genetiche ma di migliorare, per via transgenica, le prestazioni ereditarie secondo criteri scelti. Poi ricordiamo l’applicazione — gia prevista — sull’uomo di una tecnologia gia felicemente riuscita sugli animali: la creazione di ibridi intraspecifici, i "manipolati" o "chimere umane" dalle innumerevoli applicazioni. Due ricercatori americani hanno gia depositato un brevetto di questo tipo, per ora bloccato dai "comitati etici" politicamente corretti. Ibridi uomo-animale o esseri viventi semiartificiali avrebbero peraltro innumerevoli applicazioni. Per esempio i cloni umani decerebrati da utilizzare come banca di organi. Il che eviterebbe gli odiosi traffici di organi ai danni delle popolazioni povere dell’America andina.

Evochiamo anche l’applicazione all’essere umano di una tecnica gia sperimentata sugli ovini in Scozia: la nascita senza gravidanza, attraverso lo sviluppo dell’embrione in un ambiente amniotico artificiale, l’incubatore.

E evidente che i sostenitori delle ideologie moderne considerano satanica la semplice evocazione delle tecniche citate. Tuttavia, esse divengono possibili... Allora e meglio censurare brutalmente un luminoso spiraglio scientifico o riflettere intelligentemente sulla sua utilizzazione sociale?

h) l’etica archeo-futurista
L’archeofuturismo ci permetterebbe di sbarazzarci della piaga del modernismo egualitario, assai poco compatibile col secolo di ferro che ci attende: lo spirito malaticcio dell’umanitarismo, un simulacro d’etica che erige la "dignita umana" a dogma ridicolo. Senza dimenticare l’ipocrisia: perche tutte queste anime belle dimenticano spesso di denunciare ieri i crimini comunisti e oggi l’embargo di Irak e Cuba decretato dalla superpotenza americana, gli esperimenti nucleari indiani, l’oppressione dei Palestinesi eccetera.
Questo spirito funziona come un’impresa di disarmo morale, ponendo divieti paralizzanti, tabu colpevolizzanti, che impediscono concretamente all’opinione pubblica e ai dirigenti europei di fronteggiare le minacce.

Ma in realta, sotto la copertura dei principi morali, si tratta soltanto di promuovere una politica estremista mirante alla distruzione del substrato europeo e dell’Europa in quanto tale. Per esempio, il battage contro le espulsioni (tuttavia legali) dei "sans-papiers", cioe degli immigrati clandestini e illegali, agitato dall’intellighenzia e dallo show-business francese, mira a rendere intoccabile ogni immigrante in nome dei diritti dell’uomo e degli pseudoprincipi caritativi di commiserazione. L’ideologia sottesa, il vero disegno, e — in una prospettiva neo-trotzkysta — la sommersione dell’Europa a causa del surplus demografico dei popoli del Sud.

Altro dramma: le campagne contro l’industria nucleare che sfociano nello smantellamento delle centrali svedesi e tedesche e alla rinuncia al nucleare da parte degli Europei, eccetto la Francia che e l’unica a resistere ancora, ma per quanto tempo? Mentre invece, eccettuati pochi incidenti per altro controllabili, tutti sanno che quella nucleare e la meno inquinante delle energie disponibili.

Si tratta inoltre di indebolire l’Europa sotto il pretesto dell’umanesimo, privandola di tecnologie energetiche avanzate di indipendenza economica e, allo stesso tempo, di una dissuasione nucleare integrata. La leva di questa manipolazione di cui e vittima l’ingenua borghesia intellettuale e artistica europea, si rivela un’ipertrofia mostruosa e irresponsabile dell’"ama il prossimo tuo come te stesso", un’apologia della debolezza, una svirilizzazione e una autocolpevolizzazione patologiche. E una sottocultura dell’emozione facile, un culto del declino attraverso cui le opinioni europee vengono letteralmente decerebrate anche grazie ai media.

Ora, il disfattismo e totalmente assente dalle mentalita arcaiche. Bisognerebbe ritrovare quelle mentalita per sopravvivere nel futuro.

Una certa durezza, una franchezza decisa, il senso dell’orgoglio e dell’onore, il buon senso, il pragmatismo, la chiara distinzione dello straniero, il rifiuto di ogni organizzazione sociale non selettiva, un’etica che legittima il ricorso alla forza, che non indietreggia, facendosi scudo di un umanitarismo dogmatico, di fronte alle audacie della tecno-scienza, l’integrazione delle virtu guerriere, dei principi di urgenza e di scontro ineluttabile, una concezione della giustizia secondo cui sono i doveri a fondare i diritti e non il contrario, l’accettazione naturale di un’organizzazione inegualitaria e plurale del mondo (anche sul piano economico), l’aspirazione alla potenza collettiva dei blocchi, l’ideale comunitario — ecco alcune virtu del mentale arcaico. Esse saranno indispensabili nel mondo di domani dominato da scommesse di estrema asprezza. Un neo-arcaismo mentale — che non ha niente di barbarico poiche integra il principio di giustizia — preumanistico e inegualitario, sara compatibile soltanto con l’essenza del secolo che viene.

i) l’archeofuturismo e la questione del senso.
Quale religione?
Uno dei rari truismi pertinenti del nostro tempo, ben formulato sia dai tradizionalisti che dai modernisti, e che la civilta occidentale ha despiritualizzato la vita, distruggendo i valori trascendenti.

Lo scacco dei tentativi delle religioni laiche, il vuoto disincantato creato da una civilta che affondi la sua legittimita ultima in valore di scambio e il culto del denaro, l’auto-affondamento del cristianesimo hanno creato una situazione che non potra durare ancora per molto. Malraux aveva ragione: il XXI secolo ridiventera spiritualista e religioso. Si, ma sotto quale forma?

Gia l’islam si precipita nella breccia. Esso si candida per riempire il vuoto spirituale dell’Europa. Ma questa ipotesi, che puo avverarsi, sarebbe pericolosa. L’islam, attraverso il proprio dogmatismo sfrenato, rischierebbe di spezzare definitivamente la creativita e l’inventiva del mentale europeo, il suo spirito faustiano. Del resto e proprio questo il calcolo machiavellico di certi strateghi americani: incoraggiare l’islam e il suo impiantarsi in Europa al fine di paralizzarla. Un’altra risposta alla despiritualizzazione sta affiorando lentamente da un po’ di tempo questa arte: il ritorno alle "religioni selvagge" di natura paganeggiante, il che sembra conforme all’antica sensibilita europea: successo di guru, veggenti, astrologi, sette, gruppi carismatici, ma anche avanzata di un buddismo ridipinto di colori californiani. Disgraziatamente, questa soluzione porterebbe a un’impasse. Per essere credibile e giocare un ruolo sociale, una religione deve essere organizzata e strutturata, e possedere un asse spirituale unificato. Quanto alle religioni laiche e politiche, di cui la modernita e stata avida — il repubblicanesimo francese, il comunismo sovietico, il maoismo, il castrismo, il nazionalsocialismo, il fascismo eccetera —, esse sono, oltre alle loro conseguenze generalmente tiranniche, inadatte a "re-ligare", a mobilitare un popolo sul lungo periodo, ad apportargli durevolmente un alimento spirituale e una ragione storica di sopravvivere. La risposta archeofuturista potrebbe essere la seguente: non si potrebbe immaginare un cristianesimo neo-medioevale, quasi-politeista, superstizioso, ritualizzato per le masse e uno gnosticismo pagano — una "religione dei filosofi" per le elite? Le cattedrali sono sempre in piedi. Ci si puo rassegnare a vederle trasformarsi in musei? E ci si potra rassegnare eternamente a vedere il clero europeo giocare un ruolo motore nel masochismo etnico, l’incoraggiamento dell’immigrazione clandestina e la trasformazione dei rituali religiosi in movimenti parapolitici? Checche ne sia, quella che oggi sembra soltanto una fiction impensabile potra, anche in questo campo, diventare l’attualita del futuro. Perche le catastrofi che ci attendono potranno provocare un sisma mentale collettivo.

5. Conclusione
Bisogna riconciliare Evola e Marinetti. E nel pensiero organico, compositivo e radicale di Friedrich Nietzsche e di Martin Heidegger che affonda le sue radici il nuovo concetto di archeofuturismo, ma strutturato: pensare insieme la tecnoscienza e la comunita eterna della societa tradizionale. Mai l’una senza l’altra. Pensare, come presentiva Heidegger — ma anche Raymond Abellio e Jean Parvulesco — l’uomo europeo allo stesso tempo come deinotatos (il piu arrischiato), il futurista e l’essere dotato di memoria.

L’eterno ritorno dell’identico contro le visioni cicliche e lineari.

Globalmente, il futuro richiede il ritorno dei valori ancestrali, e questo per tutta la Terra.

Der Wehrwolf
01-07-02, 18:50
Un nuovo testo di Guillaume Faye preconizza la crisi del mondialismo
e la rinascita dello spirito dei popoli
Sradicamento o Archeofuturismo?
La politica, se non fosse ostaggio dei poteri economici,
dovrebbe gestire il passaggio

di Augusto Zuliani

Guillaume Faye, uno dei maggiori teorici della "Nouvelle Droite" francese negli anni ’70-’80, quando pubblicò il suo libro più famoso "Il sistema per uccidere i popoli", tradotto in italiano nel 1981 per le edizioni "L’uomo libero" e ristampato di recente dalla Società Editrice Barbarossa, ritorna alla battaglia culturale e politica con un saggio sulfureo che indica scenari e piste per tutti coloro che non sono stati plagiati dal pensiero unico del mondialismo. Il senso più profondo del suo lavoro può essere sintetizzato in questa frase: "La modernità tende a definire il popolo come laios, massa sradicata di individui provenienti da ogni dove. Ma il futuro che avanza, inesorabile, ridà vita all’etnismo e al tribalismo su scala locale e a livello mondiale".Gestire la complessità di questo grande fenomeno ricco di contraddizioni, ma anche e soprattutto di fermenti positivi, sarebbe oggi il compito primario della politica se questa non fosse sequestrata dai centri palesi o occulti che hanno usurpato il potere in ciò che ancora resta degli Stati nazionali e nelle grandi organizzazioni e agenzie sovrannazionali. L’obiettivo di tali entità consiste nella impostazione di una società multietnica e multirazziale nei paesi dell’Unione Europea, anche contro la volontà della maggioranza dei loro cittadini, gettando le premesse di una conflittualità interetnica e interstatuale che costituirebbero un ulteriore fattore di debolezza di quella Europa invertebrata che è uscita da trattati di Maastricht e Amsterdam. È un disegno però che già mostra la corda, come rivelano gli effetti controproducenti suscitati dall’invenzione e gestione dissennata del "caso Haider", nonostante il battage dei media e di sedicenti opinion leader che agitano i fantasmi del passato per intralciare il passo a un futuro condiviso da tutti i popoli europei.Se la questione etnica è quindi decisiva per il destino dell’Europa, altri, gravi fattori di crisi, secondo Faye, solcano l’orizzonte delle nostre terre e più in generale del pianeta, da quelli ambientali a quelli sanitari, con la diffusione di nuovi virus resistenti, da quelli militari a quelli economici innescati dalla bolla finanziario - speculativa. Tutti questi fattori cumulandosi determineranno tra il 2010 e il 2020 un collasso all’attuale civiltà, di cui già si avvertono i segni premonitori in molti campi, soprattutto a livello sociale dove al crescente pauperismo si accompagna il dilagare della criminalità organizzata, la diffusione delle droghe, il fallimento del sistema educativo, la programmata confusione dei ruoli sessuali, la crisi della famiglia e la denatalità. Fenomeni questi di particolare gravità in Europa dove minacciano lo stesso substrato etno-culturale dei nostri popoli. Uno scenario di apocalisse quello disegnato da Faye, ma non improntato al pessimismo, perché sollecita a prepararsi al dopo-catastrofe adottando una nuova scala di valori adeguata agli anni di ferro e di fuoco che ci attendono. Si tratta di trovare una sintesi "alchemica" tra il mondo ipertecnologico, che Faye non demonizza, ma vuole sia limitato ad alcune aree geografiche e controllato da una sorta di "sacerdoti" che impediscono il ripetersi delle derive cui abbiamo assistito in questi ultimi due secoli, e il mondo dei valori arcaici quelli fondati della comunità, che non lasciano spazio all’affermazione di un individualismo dissolutore che si copre con il paravento delle false libertà. La rifondazione delle comunità etnoculturali sulle proprie terre è il grande compito che spetterà ai soggetti politici del dopo-catastrofe, quando verranno gettate le basi di un nazionalismo europeo, democratico e federale, primo passo verso la costruzione di quell’immenso Impero euro-siberiano, dall’Atlantico al Pacifico, che Faye indica come il grande progetto del nuovo millennio. Esso "sarebbe per la Storia umana, una rivoluzione ben più importante di quelle che diedero vita all’effimera Unione Sovietica e agli Stati Uniti d’America. Questo evento di portata mondiale potrà essere paragonato solo all’edificazione dell’impero cinese o dell’Impero romano".

Jenainsubrica
20-11-05, 00:39
:rd

Iunthanaka
21-11-05, 10:07
Volume STUPENDO e per certi versi perennemente ispiratore. :) :) :)

Il Patriota
21-11-05, 11:26
In Origine Postato da Iunthanaka
Volume STUPENDO e per certi versi perennemente ispiratore. :) :) :)


nel fantaracconto in appendici mi pare si parli di Padania....certamente etnonazionalista ed antilberale parte dell'Impero federale euro-russo-siberiano